viernes, 31 de agosto de 2007

29 de agosto

Me encantan esos días que se suponen grises y que se vuelven mejores conforme pasan las horas.
Hace dos días tuve la idea que necesitaba para sacar datos útiles en el proyecto. Fui a la universidad dispuesto a seguir buscando la relación mágica que necesitaba entre tablas y tablas de datos. Cuando digo buscar, me refiero a mezclar fórmulas y ver los resultados, intentando descubrir si son útiles o hay que probar otra cosa, una modo de proceder que sólo significa que día a día, y conforme eliminas posibilidades, te acercas a las pavorosa conclusión de que a lo mejor no existe lo que buscas y el proyecto no tiene salida. Y sin embargo, la idea feliz llegó. Es de esas cosas que cuando las ves dices "joder, es evidente ¿no te habías dado cuenta antes?". Pues no, no llevo malgastado más de un mes por gusto, y las gráficas inútiles que hice sirven ahora para apoyar que el nuevo método va por el buen camino. Es lo que necesitaba saber. Claro que ahora tengo otros problemas derivados para poder trabajar como necesito, pero al fin veo dónde tengo que llegar y cómo. Me queda proveerme de los datos que necesito y avanzar.


Además vi Harry Potter, la buena, la de verdad, que terminó de descargarse esa mañana, y esta vez no era pornográfica. La calidad de la imagen dejaba bastante que desear, pero como no soy fan y me ahorro 5 euros merece la pena.

Al mediodía me mandaron un mensaje los dos Erasmus franceses que han venido a Zaragoza y pude, al fin y para variar, quedar con alguien nuevo a tomar algo. Ellos quedaron a su vez con una chica alemana que conocieron en el albergue, que junto conmigo, éramos toda su lista de contactos en la ciudad después de cuatro días. Eso favorece que pueda ser un contacto habitual al ser de sus primeros conocidos. Y aunque me resulte raro conocer el mundo de los Erasmus en casa, no voy a negar que me intriga y me apetece conocerlo. Si a eso añadimos que puedo hablar francés en casa, lo que no he hecho en años, creo que tiene mucho de bueno.

lunes, 20 de agosto de 2007

Jaca

El viernes, cuando estaba de camino, me llamó Héctor para ver qué hacíamos a la noche. No sé tú, pero yo me subo a Jaca el fin de semana, así que vente si quieres. Y eso hizo, subió el viernes a la noche y nos fuimos de fiesta. Conocí a dos franceses de Compiègne, Loic y Helène, que estaban haciendo un curso de español en la Universidad de Verano y que en septiembre irán a estudiar a Zaragoza, al Centro Politécnico Superior (CPS), así que les di mi número de teléfono. La verdad que si estoy por Zaragoza ya tengo con quién hablar en francés, algo que en verdad me mola. Y bueno, nunca está de más conocer a alguien que pueda introducirte en una fiesta Erasmus en tu ciudad.

El sábado Héctor se fue con sus padres a Tramacastilla, y yo me subí al Portalet, en la misma frontera con Francia, a visitar a mis exjefes de hace dos veranos. Estuve trabajando en una bodega/bar/tienda de alimentación un mes. Subí unos tres cuartos de hora antes de la hora de comer, y ¡oh, sorpresa! me invitaron a sentarme a su mesa. Jejeje. Pasé la tarde allí y me regalaron dos botellasde vino. Vamos, que serían mis jefes, pero teníamos un trato familiar muy agradable.


A la tarde estaba muerto y sin un duro, así que decliné amablemente la invitación de los franceses para salir por ahí (pero es un detalle elegante, empezamos bien una nueva amistad :P). Una mañana de domingo de sol, lectura y piscina, y después de comer, vuelta a casa. Mis padres vuelven también, para quedarse. Se acabaron definitivamente los días de verano. Enseguida esto va a ponerse patas arriba.

Uf, uf, uf.

viernes, 17 de agosto de 2007

Proyectistas

Aquí están: dos de mis ex-visitas, en la misma terraza Sangenis, en Zaragoza. Quiero decir, en la
misma terraza que sale últimamente en las fotos. Sólo me queda por sacar a Nacho y ya estamos todos.

Los proyectistas, el título del momento, y no suena nada mal, que nos ha costado un rato llegar hasta aquí. Inreíble. No tenemos nada que estudiar para septiembre, ni que pedir apuntes (más bien devolverlos, Carlos, que te has dejado en mi coche un kilo de papel, alma de cántaro) ni que ir a la biblioteca a pelearse por un sitio, si bien el año pasado ya no había problemas, ni suspirar en una fila de revisión de un examen, ni pasarte una semana 'creyendo' que puedes aprobar pero no estar nada seguro, ni intentar resolver una cosa que jamás creías que podrían preguntar, podemos tirar las hojas de papel reciclado de los departamentos, dejar de escribir fórmulas en la HP, en las mesas, en formularios o en papiros con caligrafía minúscula. Ya ni siquiera podemos copiar del de delante o del de al lado, porque no tenemos nada que copiar. Como dijo mi catedrático de Construcciones, "más vale copiar bien que concebir mal", refiriéndose, lógicamente, a edificios industriales. Eso sí, si te pillan, es que no copias bien, y por tanto no hay excusa válida.

El fin de semana pasado, quizá un poco más, estuve en San Sebastián, y este creo que voy a subirme a Jaca y a visitar a mis ex jefes en el Portalet, donde trabajé hace un par de veranos. Buen viaje a los que os vais por ahí también, y un saludo a los que están en su casa, o los que están, de nuevo, en Bruselas. Esos me dan una envidia tremenda...

lunes, 6 de agosto de 2007

Madrid

Fue imposible contactar con Rafa, que tiene secuestrado su móvil por una desconocida al no haber encendido el teléfono en diez meses. No volvió el jueves a la noche, sino el viernes, y no leyó ni un sólo correo de los que le envíe. Así que cuando llegué, invitado por él, a Madrid, fue Julio quien vino a recogerme. Y a darme de cenar, alojarme y llevarme de fiesta. Las leyes que rigen en agosto rigen en fiestas del Pilar. Uno será recibido con palmas y salvas en su honor, el otro recibirá una bolsa de cacahuetes y una manta vieja.
El viernes quedamos con Macarena y una amiga suya, con Jorge (el primísimo) y dos amigos suyos, y con un amigo de Julio. No pasé de ver más de tres sitios (Tupperware, Vía Láctea e Independance) pero nos dieron las seis de la mañana. Corrieron copas, ríos de sudor (sobre todo en la última sala) pero lo mejor la música. Garaje, pop, electrorock, brit, oldies, hypes continuamente mezclándose. Nos acordamos de ti, Javi, intentando adivinar si os habríais cruzado alguna vez en esta clase de sitios sin conoceros.
Apenas dormí cuatro horitas porque no podía más del calor que ha hecho (si Sevilla tiene un color especial debe haberse evaporado este fin de semana) y me levanté a desayunar. Como Julio tenía comida familiar, quedé con Rafa a las dos de la tarde, decidido a tomar su ofrecimiento como guía y esclavo después de la falta de coordinación del fin de semana. Tres horas y media andando bajo el fuego, qué espanto. Ni siquiera crucé de acera delante del Palacio del Congreso, porque nosotros estábamos a la sombra, pero los leones tenían pinta de estar calentitos como para acariciarlos.
Esta vez vi lugares de la ciudad que no están en el "Recorrido Manifestación Modelo Grandes Multitudes". Aunque por ellos también pasé: en tres horas se puede andar mucho. Y sudar también. Nos compramos tres botellas grandes de agua, un par de cervezas y lo único que conseguimos fue el efecto doblemente perjudicial de tener sed y ganas de mear.
No he hecho apenas fotos, una veintena en los tres días. La única foto en que aparezco durante este paseo por el infierno es la del Palacio de Oriente, y el único monumento que tengo fotografiado es el Palacio de Oriente. Deduzcan cuántas fotos hice.

Cené en casa de Rafa, y su madre nos sacó amablemente unas cervezas frías. Quedamos después con Julio, Macarena y Pilar. Estuvimos en una terraza en Malasaña hasta la una y media, y cuando Macarena y Rafa se fueron a casa, pues ambos salían de viaje el domingo por la mañana, los tres fuimos a tomar una al Tupperware. Había dormido cuatro horas y paseado al sol tres horas y media, así que se me cerraban los ojos de sueño y cansancio, literalmente, pero fue entrar al Elástico y nos volvieron a dar más de las seis. Vaya música. Quizá demasiados chicos bizarre, de estética confusa y orientación más confusa todavía (no cuento nada más) pero un ambiente genial. ¡Y una climatización que funcionaba! (Aunque parezca machacón, ha hecho un calor horrible, y personalmente lo detesto).



Despertamos para ver la fórmula 1, y de la noche a la mañana Alonso pasó de ser primero a ser sexto. Vimos la carrera sin saber que había pasado, deseando que Hamilton perdiera una rueda o se le cruzase una paloma en pleno recorrido, pero nos quedamos con las ganas. Siesta, recoger la casa, café, papas bravas y al bus, de vuelta a casa.

Me he pulido medio presupuesto del mes, qué desgracia. En verano y así andamos. Así que "vuelta a casa" es bastante literal, a encerrarme con llave y no gastar (porque no puedo). La próxima, en Villanueva del Tortón de los Perales, que seguro que la música no me cuesta tanto dinero (aunque seguramente, tampoco valga la pena que pague por ella).

jueves, 2 de agosto de 2007

Reencuentros

No es Bruselas, es Zaragoza. El primer encuentro con alguien de "allí", como si allí fuera la luna u otra dimensión. Jarras de cerveza en una terraza, con las maletas en la silla de al lado, un bol de pipas, uno de patatas, y mi acompañante más tostada que nunca. Es lo que tiene ir con los apuntes a la playa, que sólo los llenas de arena. Al menos le devolví uno de los dos sandwiches que me preparó el día que salí desde el aeropuerto. Aún me queda uno pendiente.
Y este fin de semana nuevo reencuentro en Madrid, aunque probablemente la broma no sea tan económica como salir por "allí" o por "aquí".

Por otra parte, es un placer redescubrir mis discos después de tantos meses fuera. Aunque pude llevarme una buena cantidad de música, era imposible llevársela toda. Tengo una cantidad no menos despreciable de música en el ordenador, y no tengo apenas sitio para guardar los cd's grabados, así que se me plantea un problema nuevo, puesto que no voy a poder comprarme en mucho tiempo disco alguno, y a su vez, nuevos álbumes van a ir acumulándose.