sábado, 30 de junio de 2007

Un paso para atrás: vuelta a Bruselas


Y tras un viaje a pie-bus-taxi-avion-tren-bus vuelvo a Bruselas. Qué bonita, con su cielo nublado, su gente hablando neandertal y francés, los buses que nunca estan cuando llegas a la parada, pero ¡y qué me importa! ¡me encanta abrir la cerradura de mi palacio belga!

Hoy tendré que hacer recuento de bajas en las filas de los Erasmus. Todos durmiendo, malditos bastardos, los que quedan, pues en el aire huele a fiesta, ayer hubo una gran fiesta, estoy seguro. Entre las bajas que ya no veré apoquinar para comprar Jupiler, Javi y Djordje, así que ¿con quién hablaré de indie o de funky? Simpático Rafa, que me encarga dos botellas de ron a las 3:30 de la mañana, disfrutando de Pearl Jam versioneando a los Who en un festival, cuando yo estoy en un bus entrando en Barcelona. Puedo pintarle un par de botellas, pero poco más. Vaya previsiones, canelo.

Ayer tuve reencuentro con Héctor, el pobre, que no sale en ninguna foto en el blog, y lo hice con él, la primera visita que tuve, y que por cierto vino cuando había que venir: en el primer cuatrimestre, que os lo dije. Su viaje aún fue peor, si mal no recuerdo, en plan Zaragoza->Barcelona->Gerona->Charleroi->Bruselas. Con dos huevos. Pues nada, estuvimos en una charla contrarreloj de una hora, haciendo balance del año, tomándonos un par de jarras (¡Ambar!) en los chinos, poniendo perdida la acera de cáscaras de pipa y cacahuete y riéndonos. Queda pendiente una fiesta a final de julio, que entre unos y otros no vamos a coincidir este verano todos, para variar.

Por lo que a mí respecta, me quedan 19 días para besar en la boca a esta ciudad y decir adiós a todo y a todos. No se qué será de este blog cuando vuelva a casa, tengo que plantearme si darle un tiro de gracia. Como a todo lo demás.

martes, 26 de junio de 2007

El regreso (parte I)


Me dejó Javi en el autobús con una gran maleta y la mochila. La última persona en ver antes de coger el tren hacia el aeropuerto, y al que ya no sé con certeza cuándo ni dónde volveré a encontrar.


Me voy el jueves 21, casi antes que ninguno, y vuelvo cuando apenas quede alguno el sábado 30 de junio. Despedida a la francesa, que no es despedida, con la que evitar decir adiós a todo mundo. No me gusta decir adiós, mejor hasta luego, porque nos volvamos a ver o no, siempre quedará la idea de volvernos a encontrar, y eso es casi como estar en contacto. Dejemos la puerta abierta a un café o una fiesta, aunque no la tengamos, es bueno tener planes con gente que no puedes ver, porque probablemente mantengas la ilusión por llevarlos a cabo.


Hay quien encontrará en su regreso su vuelta a casa, y este año sólo habrá sido como un paréntesis, como un pequeño exilio, en el que conoces a mucha gente, pero tras el cual vuelves al mundo que tenías, con su gente y sus costumbres y todo ese año se convierte en un sueño, guardado en forma de album de fotos en el que buscar en nuestra fotografía el reflejo de lo que vivimos cada día pero que murió al subir al avión o al meter la llave en la cerradura en casaa de tus padres (porque ahora ya será siempre la casa de tus padres). ¿Cómo pensar que puedo volver al lugar del que quería huir? ¿quién necesita volver si todavía necesito salir de allí? Ya no se trata del Erasmus, se trata de mí: no se me ha perdido nada en esta ciudad, nada que me incite a quedarme sin aburrirme, irritarme o entristecerme. Todo lo que saco sólo es temporal, como el estado artificial de una borrachera, tras la cual siempre golpea una resaca.



Y ha sido llegar aquí y salir de nuevo, oportuna excusa el concierto de los Rolling y la compañía de alguien que pasa por una situación similar, pues todo aquel que no puede ver ni planificar nada en su vida más allá de cuatro meses está en la misma situación. Carretera, pinchos, música, marisco, mar, lluvia y sábanas arrugadas, como todo últimamente, muy bueno y en píldoras concentradas, que se gustan intensamente pero se acaban mucho más rápido. Tengo la fortuna/desdicha de llevar algo más de un año tomando fotografías mentales de mi vida, y si ésta se reduce sólo a fugaces e intensos momentos hay algo que debería cambiar en lo que es estable y no me satisface.

lunes, 18 de junio de 2007

Luxemburgo - Metz















Viaje totalmente improvisado a Luxemburgo, y más aún a Metz. Se me acaban los días y se me acumulan los viajes. Aprovechando que los que han acabado exámenes se iban a Londres, y el resto acaba los exámenes esta semana, decidí ir a Luxemburgo en el día, a pesar de las críticas que hicieron Nacho y Juan en su interraíl. El caso es que hablando con una amiga francesa por internet, me comentó que su hermana tenía que ir a Luxemburgo el domingo, y que si quería me recogían, visitaba Metz, en la frontera francesa con Luxemburgo, alojándome con ella y su familia, y volvía el lunes a Bruselas en tren. Oye, no estamos como para desaprovechar la suerte cuando nos sonríe, así que trato hecho.

Entiendo a Nacho y a Juan en sus críticas. Lo más importante de la historia de Luxemburgo fue la gran fortaleza que fue su ciudad, amurallada, protegida y ampliada continuamente por sus gobernantes a lo largo de la Historia. Cuando en el sigo XIX se le concedió su neutralidad, se le exigió eliminar sus fortificaciones. 25 años tardaron en eliminar la fortaleza, y sin embargo quedan vestigios de lo que fue el centro de la misma. Una ciudad en una elevación a la que se accede por altos puentes, con kilómetros de túneles en los que alojar un ejército, cañones y caballerías enteras, de los cuales una parte es visitable (las Casamatas del Bock y de Petruse), y en la que hay restos del castillo originario, del 963 d.C. En el casco antiguo prácticamente sólo hay interesante el palacio ducal y la catedral, que francamente, me parece fea. A las Casamatas entré con mi amiga y su hermana, que nunca habían visitado, así que no les agobié con la excursión.

Cuando llegamos a Metz me dieron de cenar como a un ogro. Vamos, que me puse las botas. Dimos una vuelta por Metz de noche, iluminado, la verdad que bonito, tomamos una cerveza y a dormir. El desayuno ha sido como la cena: tostadas, croissant con chocolate, repostería con mermelada, café, zumos variados. Joder, que grand petit déjeuner.

Hoy he aprovechado para ver la catedral de Metz de día, el Templo Nuevo protestante en la isla de la Prefectura en medio del Mosela, y la iglesia más antigua de Francia, aprovechando una construcción romana. Hemos ido a comer, qué voy a contar, a dar una vuelta con el coche por los alrededores, donde había ruinas romanas (termas y acueducto) y un monumento a Bismarck de cuando se anexionó Alemania la región de la Lorena en el siglo XIX.

Al final, 40 eurazos de tren ida simple a Bruselas, visto que como es internacional Francia-Luxemburgo-Bélgica cobran impuestos todos los que quieren y más. Según el de los tickets, Luxemburgo ha subido dos veces en lo que va de año la tarifa. Joder con el pequeño país de las montañas, será neutral porque no hay fortificaciones de guerra pero ¡tienen un par pistolas y saben pedirte todo lo que lleves encima!.

viernes, 15 de junio de 2007

16/20. Fin de trayecto

El último examen de la carrera, a falta de saber la nota del primero de los tres que hice en junio, está más que aprobado: 16/20.

Hoy toca saldar las deudas pendientes con esta ciudad. Me han dicho que hay una fiesta, así que habrá que ir. Lo que no es normal es que esta semana haya entrado en casa como los gatos: el lunes a las 4:15 de la mañana, el martes a las 2:30 y el miércoles a las 3:15. Ayer había fiesta en Bois de la Cambre y me estuve planteando seriamente si ir o no, con mi examen hoy a las 10:45. En el cielo hay alguien que vela por mí, porque ayer llovió durante toda la tarde y gran parte de la noche, ayudándome a decidirme a hacer lo que debía y quedarme a descansar.


Como el resultado no podía ser mejor, me he premiado con una camiseta en la tienda de mis sueños. Es la que quería regalarle a Sergio por su cumpleaños, pero no les molaba demasiado ni a Carla ni a Javi, así que cogimos la otra, la de Superstition, de la misma marca, de la que por lo visto las camisetas son de temática de cine negro y policiaco. Una de Steve McQueen para mí.

Además se está barajando la posibilidad de ir a un festival en Normandía, los días 6 y 7 de julio. Pero esto hay que hablarlo con calma, y uno de los interesados está de viaje, así que ya veremos que pasa.

lunes, 11 de junio de 2007

Quemando cartuchos













Ya hace unos días que no os contaba nada nuevo.

La semana pasada tuve la evaluación de las prácticas, con el profesor de la Universidad, el de la empresa y la de relaciones internacionales delante. Quitando que hice mi presentación en power point el día de antes, y que era una auténtica cutrez, la evaluación fue muy, muy positiva. El de la empresa empezó a elogiarme y mostrar lo que había hecho a los otros dos jurados, visiblemente contento. Yo estaba allí, quieto, sonriendo como un pavo, y el profesor me miraba de reojo en plan "¿Están hablando de ti? No me lo creo". Y mi maître de stage erre que erre a ponderar mis aptitudes, mi simpatía y mi saber estar. Y yo nada, allí sonriendo y el profesor mirandome de reojo. Entonces -preguntó después de tanto piropo gratuito - ¿Recomendaría usted al señor A. para un trabajo teniendo en cuenta que se ha movido a un alto nivel?

"Sí, pienso hacerlo en septiembre cuando me envíe una copia del proyecto"

Oh yeah!!

El fin de semana anterior, después de mi primer examen del viernes, fuimos a Bulex. Y este viernes último, fiestón en casa de Guillermo. Pero fiestón, fiestón, de los que desaloja la policía, y cuando se ha ido casi todo el mundo decidí que yo me quedo, que van a pensar que se han ido todos. Y así nos quedamos, los siete últimos pelagatos, con nuestra lógica aplastante, que si ya no hay tanta gente, podemos subir el volumen de la música que hay menos ruido, y abrir el balcón que hace calor. No volvieron a venir, pero no hubiera sido realmente demasiado sorprendente. Un montón de gente que no conozco, una borracha acosadora, gente que pilla, gente que se raya, gente que se emborracha, pero esta noche es peor, porque muchos no estarán la próxima fiesta. Vinieron a quemar los últimos cartuchos, y se notó.

El resto del finde viendo fútbol, tenis y saliendo la noche del sábado. De esa mejor no hablar, que no acabó bien. Tal como cerré los apuntes el viernes, así los he abierto hoy a las seis de la mañana, antes de mi examen oral con el profesor más serio de esta facultad, para hacer una relectura. Sí, tengo mucho morro, pues como en la evaluación de las prácticas me lo metí en el bolsillo, ya que mi tutor de la empresa es compañero suyo de la facultad, aposté por que hoy no me lo pondría difícil. Aposté fuerte, yo también quemé cartuchos, me fui de farra y acerté.

16/20 en un examen que ha comenzado fácil, y cuando ha visto que respondía sobradamente, en mi cara una inevitable sonrisa al pensar en mi fin de semana (tanto preocuparme para esto) ha empezado a apurar y a apretar. Creo que no me he defendido del todo mal, y viendo los exámenes de febrero me ha puesto una buena nota. Luego le he dado las gracias por no preguntarme nada sobre protección eléctrica de alternadores, que con Roland Garros, el fútbol y la fórmula uno no me había dado tiempo a leerlo. Se ha reído, qué remedio, ante tanta franqueza. Total, ya no puede quitarme ni la nota ni el fin de semana.

Me queda sólo un examen de la carrera. Uno.

viernes, 1 de junio de 2007

Bon appetit!


Dos platos y postre ¡voy a llorar! Después de estas dos semanas de bocadillo lo estaba echando en falta. He hecho mi primer examen de tres, muy bien por cierto. Soy el único no francoparlante de entre sesenta alumnos, le he mostrado el diccionario, que ha revisado bastante, antes de indicarme que prefería que no lo usase. Muy bien, como usted vea, yo no tengo que corregirme.

Duraba una hora y cuarto, y yo sin reloj: lo he hecho como si me persiguieran, y cuando he acabado el examen nadie había entregado. Si me levanto y entrego el primero va a ser un canteo. Así que han entregado dos belgas y después yo. Cuando me he levantado, una chica suiza me miraba en plan condescendiente "pobre, no ha estudiado y encima no sabe expresarse bien", pero yo la he mirado con una sonrisa tipo "no sé que estás escribiendo tanto, que esto se hace con la cola y dos preguntas de siete son de hacer un dibujo".


Por eso he salido tan pronto (veinte minutos antes), y te he pillado en medio de la rueda de preguntas, ingeniera, ¡felicidades!.


Y después he ido al Delhaize, el paraíso de los supermercados: la mejor carne y la mejor fruta. ¡Vuelvo a tener comida en el frigorífico! Ya no tendré que alimentarme a base de musgo ni hielo del congelador. Panceta, paté, atún, pasta fresca, manzanas, tomates, cebollas, plátanos (¡de Canarias!), huevos, leche, yogures, pollo, filetes de ternera, ensalada, maíz, queso, queso y más queso. A tomar por el saco las espinacas a la crema que tengo en el congelador desde noviembre: servirán para enfriar el Marqués de Riscal que acabo de comprar. Se acerca la una y voy a comer decentemente, no es un sueño, tengo los platos delante: bon appetit!