sábado, 17 de octubre de 2009

El triángulo de las Low Cost


Me gusta que ampliemos el calendario de visitas triangulares. Vete preparándote Italian Spiderman:
Roma, ¡¡allá vamos!!





miércoles, 14 de octubre de 2009

Sustitutos



Noticias de última hora en la Dirección

Tras el reciente anuncio, a principio de septiembre, de que la última compañera en entrar ha solicitado una plaza vacante en una de las asociaciones europeas de las que la empresa es miembro, mi otra compañera me desvela sus inminentes intenciones para cambiar de departamento. Al parecer, mi jefa ha dado su aprobación, y también quien pretende acogerla en su equipo. El lunes deben decirle si RRHH inicia los trámites para el cambio.

Esto supondría que, en caso de que la última compañera pase la entrevista en Bruselas a finales de mes, y en caso de que RRHH acepte el proceso de cambio, me convertiría en el hombre más valioso de la unidad, mano a mano con mi jefa, y con el consiguiente poder de negociación para tratar unas deseables mejoras laborales (económicas, prioritariamente, ya que de horario no vivo nada mal).

Es muy probable que ambos procesos se lleven a cabo. Es lógico, por otro lado, que la situación de escasez en el equipo se dé por poco tiempo y, en un grupo recién fusionado del que de aquí a un año sobrará gente, solicitantes no deberían de faltar. No obstante, a pesar de que los posibles nuevos compañeros vengan de dentro de la casa, es la oportunidad para demostrar que algo más de un año de experiencia en el departamento vale más que cuatro años en la casa (como ya ocurrió con los cuatro años de la última en llegar frente a mis 8 meses, aunque fue debido, en gran parte, a la pertinaz incapacidad de la nueva).

Para añadirle emoción al tema, mientras mi unidad se desintegra, seguimos con el largo proceso de integración. Esto supone que empiezan a aparecer por aquí y por allá temas de electricidad, a nivel global, a nivel internacional. Alguno ha caído ya en nuestras manos y, frente a mi jefa, que observa como se acerca todo eso con declarado espanto, a mí se me hace el culo gaseosa. No solo tengo conocimientos algo más que rudimentarios, sino que me entusiasmaría formar parte de tales proyectos.


Sé, de un modo estrictamente confidencial, dónde me voy a sentar en el nuevo edificio. Me han dado, los simpáticos de medios internos, de un equipo de tres mesas, con paneles de separación de metro y medio de altura, la peor de todas: De espaldas y con la pantalla de cara a la puerta del despacho de mi jefa. Una de estas dos va a dejar la suya, tal vez antes de que nos mudemos, y ya tienen mi nombre.

martes, 13 de octubre de 2009

Martes y trece

Estoy llevando un martes y trece horrible.

El despertador del móvil ha sonado, como todos los laborables, a las 7:15. He tardado unos segundos en recordar que hoy tenía un día de vacaciones. Lo fijé en el día de hoy por si me animaba a bajar a Zaragoza en fiestas, para no coger la operación retorno del puente el día 12. He tenido que darme media vuelta, acomodar nuevamente el mullido edredón calentito y dormir una hora y cuarto más…

Fruta fresca y yogur de desayuno, una larga ducha de agua caliente, y a las nueve y media estaba listo y en camino del Museo Sorolla. Como hoy es martes, no había casi nadie en la casa, y podías moverte con total libertad, disfrutando del precioso estudio del pintor como si fuera de uno mismo. Estoy seguro de que en primavera los jardines de estilo andaluz e italiano son dignos de una visita. Una preciosidad por tan solo tres euros. Una vez más, he de hacer notar que el que no va a museos es porque no quiere.

De camino al metro, rodeado de edificios de oficinas, caminaba yo fumándome un pitillo, con cuatro pelos de sucio aspecto por no haberme afeitado en seis días, manos en los bolsillos de la cazadora, escuchando música. Me he cruzado con gente caminando apresurada, esperando taxis o bajando de ellos, fumando en puertas giratorias antes de volver a su mesa. Me he sentido como en Los lunes al sol, o lo que es lo mismo, un parado, solo que en martes.

He bajado hasta Lavapiés, a la Casa Encendida, para ver unas instalaciones de Thomas Hirschhorn que anunciaban en el periódico. Precio cero, no digo más. Si en el Museo Sorolla estaba casi solo, aquí no estábamos más que el segurata y yo. Es bastante lógico, ya que el suizo es menos conocido, y vista parte de su obra, menos amado. Instalaciones con maniquíes mutilados, torturados, travestidos; decorados con clavos, cinta aislante y espuma roja a modo de vísceras. Todo ello rodeado de fotos reales de formato medio, a todo color, de cuerpos desmembrados por la guerra o bien, si hace falta diferenciarlo, por cualquier otro crimen. He pasado la vista de reojo por ellas, incómodo, excepto por la primera, ya que me he la he tragado de sopetón, sin saber que aquello estaba allí. Era la foto de un hombre, he preferido pensar que un suicida, con la cabeza abierta como un higo maduro al caer al suelo, tomada de pie frente a la cabeza del tipo. El tipo estaba tumbado boca arriba, con lo que su rostro era totalmente reconocible, con una mueca torcida, boca y ojos abiertos. Como una mano semiabierta, la cara estaría situada en el dorso, y el resto de su cráneo, partido, a modo de dedos. Todo lo que contenía se desparramaba entre ellos, delante de los maniquís, y del espectador.


Tanta muerte y destrucción me ha abierto el apetito, así que he subido hasta Sol a tomarme un aperitivo: tinto de verano y tajada de bacalao en Casa Labra. Luego he ido a la Fnac y me he comprado tres discos, uno que ya tenía en el mp3, que me encanta, y dos nuevos a muy buen precio.

En casa, me he preparado arroz con setas y espárragos trigueros, y un par de chorizos que sobraron de la barbacoa que varios amigos hicimos ayer en la sierra. Como soy el que vive solo, me traje los chorizos y dos hamburguesas de ternera que sobraron, y que caerán entre la cena de hoy y la de mañana.

Me he echado una siesta de hora y cuarto, he visto una película que está en cartelera gracias al fantástico CineTube, con el consiguiente ahorro, y he estado leyendo hasta ahora con mis nuevos discos como música de fondo.

Como ya me habían advertido los astros, está siendo un martes y trece agotador.

domingo, 20 de septiembre de 2009

El día en que una cuerda fue mi bergantín


¡La vida pirata es la vida mejor!
(Coro) ¡La vida pirata es la vida mejor!
¡Sin trabajar!
(Coro)¡Sin trabajar!
¡Sin estudiar!
(Coro)¡Sin estudiar!
¡Cooon la botella de ron!
(Coro)¡Cooon la botella de ron!
¡Aquella muchacha que va por ahí!
(Coro)¡Aquella muchacha que va por ahí!
¡Que buena que está!
(Coro)¡Que buena que está!
¡Me la voy a tirar!
(Coro)¡Me la voy a tirar!
¡Cooon la botella de ron!
(Coro)¡Cooon la botella de ron!


Así anduvimos cantando unas dos horas por Madrid, con un pañuelo pirata en la cabeza, un globo con forma de sable y toda la tripulación rodeada por un cordel fosforito que hacía las veces de barco. Ayer era la noche en blanco, como en otras muchas ciudades de Europa, y las calles estaban llenas de actividades y, por extensión, de gente. Lo nuestro no tenía nada que ver con aquello. Era el cumpleaños de Javi.


Divididos en dos grupos, tras una introducción por parte de los capitanes piratas, ambas tripulaciones debían completar una serie de pruebas en su recorrido:


La primera: hacer ondear una bandera pirata en la puerta de Alcalá.

La segunda: cada miembro de la tripulación debía conseguir retratrase con un guiri en Puerta del Sol.

La tercera: conseguir un botín, sin usar la fuerza, de cinco navegantes de la calle Preciados.

Llegados a la Plaza de España, el objetivo era reclutar a cinco piratas más, para lo cual debían aprenderse y cantar la canción del pirata.

La prueba final, aprovisionarse de ron suficiente para disfrutarlos en el refugio, algo más al Norte de Islas Filipinas.

Además, en caso de encuentro con el barco enemigo, nuestro deber era abordarlo, aunque el resultado solamente fuera armar mucho jaleo. Todos dentro del cordel resulta, además, un espectáculo.

Si antes de ir me dicen que vamos a hacer esto, lo reconozco, va Rita, y a lo mejor un corte de mangas. Antes de salir siquiera del Retiro, nos cruzamos con la panda de la choni Jessica que nos dijo despectivamente "ay, míralos, qué divertido, de pirata, qué guay ¿eh?". Le jodimos las fotos en la Puerta de Alcalá a una pareja de novios: no veo cómo quedaría en el álbum de boda una foto color sepia (si sepia es un color) con Rodri y Puri, mirándose acaramelados, y al fondo 15 chumachos berreando con globo-sables rojos y azules. Uno jevatas nos dieron los cinco objetos del botín (juro que estuvieron a punto de darnos una pulsera con tachuelas). Los adolescentes mamados que conseguimos que cantaran con nosotros, se despidieron con un "que vivan los scouts". Acojonante. Cantamos en el metro, en Puerta del Sol, en Preciados, Callao, Gran Vía, Plaza de España y en el autobús. Era el día menos propicio para encontrarse con un conocido, pues te ves obligado a jurarle que esos no son tus amigos, pero a explicarle también que, mucho mejor, al único que conoces es al que lleva pañuelo, peluca, los ojos pintados y un sable de plástico.

lunes, 14 de septiembre de 2009

A por leprechauns!!


¡¡Ya tengo billete para ir a cazar leprechauns!!
(Aunque parece más fácil cazar gamusinos):

martes, 8 de septiembre de 2009

Si es bueno, yo juego

Hoy hace exactamente un año que empecé en mi actual trabajo, y el día 3 lo hizo desde que me instalé en mi piso en Madrid. También estuve aquí durante el mes de julio, pero como el curro duró más bien poco y como estuve en casa de Carla, cuento desde el día 3 de septiembre como mi instalación definitiva, y el 8, como el inicio de algo nuevo.

La gente todavía me sigue preguntando si tengo que ir con traje al trabajo ¿Es esa gilipollez lo más importante que se les ocurre preguntar? ¿Aporta eso algún tipo de información sobre el puesto, sobre mí tal vez?

Afortunadamente, sigue teniendo muchas cosas nuevas. En el día de hoy, como mi secreto regalo de aniversario, he tenido una reunión interna, con personal de otros departamentos, para sacar un papel con la posición común del grupo SANTA GRULA, en relación con una consulta de la Comisión Europea. Hoy era el último día de plazo para enviar el documento y era la reunión definitiva, con cuatro borradores anteriormente modificados. Una compañera y yo estuvimos redactando los borradores y coordinando las respuestas de otros departamentos, construyendo poco a poco una versión consolidada. A ella le había tocado hoy ir a Bruselas, mi otra compañera tenía bastante trabajo y mi jefa, a pesar de estar desbordada, ha bajado conmigo a la reunión, aunque principalmente como figurante, ya que no había podido leer apenas nada de lo que íbamos a tratar.

No sé si se me ve en la cara, pero creo que la gente piensa que llevo menos de un año (¡¡ya no!!), o que soy el becario. Me ha ocurrido durante un debate que cuando he intentado comenzar a hablar, otro ha levantado la voz mucho más alto y más rápido, obligándome a parar y a esperar otro turno. Al menos, cuando he podido hablar sin interrupciones mis comentarios han sido todos aprobados para satisfacción de mi jefa, que ha tenido que dejarme solo tras una llamada de su jefe y me ha pedido que me encargase de sacar el papel. Con su salida de escena, los presentes han de confiar en que un completo desconocido consolide el documento, y no todos parecían muy solícitos.

Han contactado con SANTA GRULA Francia, y nos han dictado un par de frases, en francés. Uno de los presentes me ha dicho que luego me pasaba la frase por correo. Olé, arsa, le he dicho que había tomado buena nota de ello, pero que para confirmarlo se lo leía, y se lo he leído. Bualá, mon fgansé. El tío me escuchaba con una sonrisa de oreja a oreja y yo me imaginaba a mí mismo haciendo la V con los dedos, aplaudido por una multitud de becarios.

Al finalizar la reunión, tras leerles la recapitulación de las últimas modificaciones y aceptarlas, uno de los presentes, jefe de algo, jefe de alguien, me ha dicho que el texto en inglés tenía muchos fallos de redacción, que me iba a mandar el último borrador con correcciones. El muy capullo lo ha dicho mientras nos enseñaba a todos una hoja a doble página y con los fallos marcados en rojo. Le he dado las gracias, qué podía hacer, y le he dicho que cualquier tipo de corrección siempre es bien recibida. Sobre ese papel han trabajado varias personas, y aparecen párrafos enteros míos, de mi compañera, y de tres personas más, pero soy yo al que le está haciendo quedar mal públicamente: Nostradamus, cabrón, me he quedado con tu cara.

Mañana llevare pasteles para celebrarlo, ya que mi compañera estaba hoy en Bruselas, y ella y mi jefa han sido mis pilares durante todo un largo año. Aun con todo, todavía me quedan muchas cosas que aprender.

Veremos este año.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Canícula

Hay dos cosas que llevo mal en Madrid.

La primera es el calor. Odio el calor. Haciéndolo extensivo, me atrevo a decir públicamente que no me gusta la playa, en general, refiriéndome sobre todo a esas playas abarrotadas, con grupos de adolescentes dando por saco, abuelas untándose crema, los chiringuitos con la radio, o con el que viene vendiendo latas, pulseras o conchas y caballitos de mar. Tampoco me apasionan las esculturas de arena con laca, al igual que las maquetas con cerillas o palillos: son la misma puta cosa, algo que te apetece romper delante del que lo ha hecho. Además está todo como una obra, manga por hombro, lleno de arena. La arena, hay dos tipos, la mala, llena de basura, palitos, piedritas, algas verdes y amarillas de tacto baboso, o algas negras y resecas. Hay colillas, a veces alguna medusa, algún resto de basura: no hago un castillo con esto ni con guantes. Y la arena buena, que engaña, porque es blanca y fina, y salvo la que está junto a la orilla, quema como brasas al pisarla descalzo. Lo que tienen en común, la arena buena y la mala, es que se te meten entre los dedos de los pies, en la raya del culo y en los… pura delicia.

En Madrid no hay playa, es cierto, pero hace un calor insoportable. El asfalto y las baldosas de la acera sueltan lametones de fuego. Yo, por mi parte, emano refrescantes regueros de sudor, que corren por mi nuca o por mis cejas. Al que en invierno te diga que está deseando que llegue el verano, por favor, tírale la copa a la cara, para que sepa cómo me siento yo en agosto. No pienso salir de casa si no ha empezado a anochecer.

La segunda, y esta la arrastro conmigo todo el año, es no tener mis discos aquí. Qué sí, que está Spotify, Youtube, Megaupload y lo que quieras, pero no me apetece descargarme los discos que tanto tiempo, dinero e ilusión me ha costado tener. Cada viaje a Zaragoza devuelvo alguno y me traigo otros, pero a los dos días pienso que tenía que haberme traído también éste o aquel. Ahora que evito salir de casa por las tardes (que no por las noches, que me tiene que dar el aire algún rato) me falta música. Siendo didáctico, eso es como que te falte cerveza. Tengo el ordenador lleno, pero eso es como tener cerveza caliente, no está mal, pero puede estar mejor.

sábado, 22 de agosto de 2009

Remember

Me ha dado por enredar en la página de yearbookyourself, por aquello de buscar un nuevo look, y he aquí los mejores resultados...
Pelo cepillo años 50. La 2ª guerra mundial y la bomba H nos empujan a ser fuertes y austeros:
Año 1954, como manager de Bill Haley & The Comets:
Look gafapastero años 60. Buddy Holly es la clase de hombre que quiero ser:


Mi canción favorita es Eleanor Rigby. Estamos en 1966 y con esa canción besé a Kimberly en mi Pontiac GTO por primera vez. Creo que me casaré con ella.


Dejé plantada a Kimberly y a la niña para ir a Woodstock el verano pasado. Últimamente he estado siguiendo a los Guess Who de gira. Vendí el coche para pagarme unas pirulas y una farra orgiástica: Quiero morir antes de llegar a viejo:

En los 70 me enganché y me desenganché varias veces, así que ahora soy un chico sensible que escucha Wham!. 1984:
La música de 1986 es la mejor de toda la historia y no imagino cómo se pudo tocar antes ninguna otra cosa que no fuera esto:

1990: Esta noche viene Nirvana a la ciudad. Me parece que es de los rockeros que nunca mueren:
El grupo revelación de 1992, Ocean Colour Scene. ¡Me encanta cómo visten!:

En 1996, he decidido que me va Blur. Oasis son demasiado violentos para mí:

Y no entiendo muy bien por qué, pero en el 2000 me dejé llevar y me cayeron estas pintacas:


Aunque nada comparado con las que llevaba con mi grupo de rock en 1986

Grupo que formé al dejar el equipo de rugby

y el de baloncesto. Siempre fui un atleta.

jueves, 20 de agosto de 2009

Werchter (II)

Me quedé en el primer día del Werchter hace cosa de mes y medio. En mi defensa diré que me he mantenido ocupado con múltiples avatares de gran relevancia, con lo que tuve que dejar el blog a un lado. He estado buscando la caja negra del avión A330-220 de Air France, el que desapareció en el Atlántico durante el vuelo de Río de Janeiro a París, buceando a pulmón, y claro, se me ha ido el santo al cielo. Al final, fue un desastre: cuando les dije, Mike, oye, lo dejo, I give up, que no encuentro nada, it’s very hard to find a black box in depth, allá abajo, as black as Diana Ross’ armpit, impossible, entonces van y me dicen que las cajas negras son de color naranja. Joder, Mike, que encontré una naranja el primer día, y ahora me dices que era ésa. Pues yo no bajo otra vez, que tengo limpets even on the arse, guapo, handsome. Y hasta ayer…

La verdad es que el Werchter (si a alguien sigue importándole, que para mí esto es como un flashback en color sepia y si sepia es un color) la verdad, decía, es que en cuanto a conciertos me pareció increíble. Entre lo más anecdótico, viendo el inicio del concierto de Coldplay, Rafa y yo nos confesamos mutuamente que Chris Martin nos da un poco de grima, puede que por envidia, tal vez, o puede que porque todo el mundo le ama, y está comprobado que esa gente nos repatea el higadillo, aunque creo que esto puede significar lo primero ¿envidia? El caso es que abandonamos el concierto que, posteriormente todos los españoles con los que fuimos coincidieron en que fue el mejor del festival, para ir a ver Lady Gaga a la carpa pequeña con un grupillo de conocidos. Con dos cojones. Rafa que quiere ver a Mastodon y yo a Oasis, en Lady Gaga. Gaga no sé, pero de Lady, vaya pintas de golfa. Nos lo pasamos como enanos, y resultó que conocíamos canciones y todo. Cómo no, Rafa volvió a incidir en que no sabemos bailar.



La otra anécdota: Conseguimos entrar en tropel a la zona de las primeras filas para ver Kings of Leon (después de Nick Cave: un conciertazo). Éste año, esa zona era un recinto vallado completamente, con control del número de personas, y para entrar había que esperar en una puerta lateral. Si conseguías entrar y la abandonabas, ya no se podía regresar. Cuando terminó Kings of Leon, la veintena de conocidos empezó a salir: quiero un birra, no conozco a lo siguientes y prefiero verlos más atrás, quiero ir al baño. Nos quedamos Rafa, su novia y yo. Nos habíamos jurado que yo iba con él a ver Kings of Leon en primera fila y él se quedaba en los siguientes conmigo: 2 many djs. La novia, que pertenecía al grupo que acababa de salir, necesitaba urgentemente ir a baño. Rafa tuvo entonces su dilema moral, y yo le dije que fuera con ella, que me quedaba solo, que ése era mi concierto. Rafa insistió en quedarse si era importante para mí, de verdad, que me quedo. La novia y yo nos mirábamos (ella se hacía pis y en aquel momento yo le habría meado en…) e insistí en que no me importaba verlo solo. Me quedé solo. Llegué a la valla de la primera fila, justo debajo de las mesas de mezclas del grupo. Quedaban 40 minutos de espera hasta el concierto, allí, como un abrazafarolas, más chuparme un concierto de electrónica en primera línea de fuego, first row, guy, tonight. Y qué concierto. Mmmm. Aquí llegó mi dilema. ¿Hago amigos aquí? ¿Bailo solo? ¿Me quedo sin bailar en 2 many djs? ¿Mato a los veinte que se han salido por perderse la primera fila del mejor concierto del festival? Me parecío que un grupo de flamencos que había a mi alrededor, mazados sin camiseta, apretujados, tenían los ojos golosos (o puede que ya se hubieran tomado algo). Estoy en la valla, PERO estoy SOLO en la valla. ¿Quién me asegura que mi integridad física no va a desintegrarse? En Madrid he engordado, pero eso no me hace ni más alto ni más fuerte. Venga, come on, vete a pedirte una Jupiler y a verlo desde la barrera, con tu gente, chaval, y que estos morlacos se maten por un tiro de M, shot of M.

El concierto (con sorpresa al final) :O



Rafa se quedó a mi lado, bailando, igual de mal que siempre, todo el concierto pero, secretamente, les habría quemado la tienda a todos por la noche. Ay…

lunes, 13 de julio de 2009

Werchter, primer día


El primer día del Werchter, hasta que instalas la tienda, cambias la pulsera, entras al recinto y te pides una cerveza, todo te hace plantearte ¿es necesario tanto sufrimiento estando de vacaciones?. Filas, filas y más filas bajo un sol horrible a más de treinta grados. ¿Esto es Bélgica o Castilla La Mancha?

El festival empezaba con Eagles of Death Metal, a quienes vi bajo la sombra de un árbol, ya que tocaban a las cuatro de la tarde, hacía un solazo castigador, y los había visto ya en la sala Caracol, en marzo, en primera fila. El tipo se llevó a su madre y a su hijo y no dejaba de gritar ¿ves mamá? me quieren, me quieren.

La primera noche tocaban Placebo, Oasis y Prodigy. Ni siquiera recuerdo quién tocaba en el escenario pequeño. Esta fue la única noche que creo que iba un poco ebrio. La batería de mi móvil desapareció aquí, como María y Carlos comprobaron en parte, y todavía ando esperando la factura de este mes para saber exactamente cómo me lo pasé de bien...

He de decir, ahora que Javi ya habrá vuelto del festival de Bilbao y no le chafo nada, que Placebo me decepcionó un poco. Dieron un concierto correcto, pero le faltó conectar con la gente. Tocaron como unos autómatas, thank you Belgium, pasar por caja y a casa.

Oasis en cambio fue, milagrosamente, un concierto de puta madre (expresión que encanta a los guiris). Había quien los había visto en Madrid (55 minutos) y en Estocolmo (1:05) este mismo año y contaban que iba a ser un compendio de canciones del último disco y clásicos alrededor de una hora. Sí, y un huevo. Champagne supernova, Wonderwall, Live forever, Don't look back in anger, Slide away y un final de concierto con I am the walrus de los Beatles. ¡Uf! Todavía se me ponen los pelos de punta.

Y luego salió Prodigy, con su "Take me to the hospital" en la parte trasera de su ordenador. En este festival, tres de mis últimos conciertos han sido de rock electrónico. Anda que no saben de tralla estos flamenquitos. La gente enloqueció: miles de machos alfa en celo agitando las extremidades amenazadoramete, con lo que nos mimetizamos con el entorno. Rafa hizo un acertado análisis del concierto y llegó a dos conclusiones: cree que el blanquito y el negro se conocieron en una biblioteca, y que él y yo somos los peores dancers del planeta.


lunes, 29 de junio de 2009

martes, 23 de junio de 2009

Semana de ceporros


Falta menos de una semana para irme de vacaciones otra vez, otra vez a Bélgica, quiero decir. Tres días en Bruselas, mano a mano con Rafa, para no hacer nada. El otro ex-Erasmus que venía, Julio, se ha caído porque empezó a trabajar la semana pasada. Con esa baja, nos ponemos los tres a dos Werchters cada uno. Su entrada nos la compra Hugo, el invitado sorpresa. La verdad que es cuestión de Karma, porque se ofreció a dejarnos dormir en su casa sin pedir nada a cambio y, hombre, teniendo en cuenta que no sabíamos nada de él desde hace dos años, que él está trabajando, y que no vamos a acostarnos precisamente prontito para ir a Brujas, el favor que nos hacía era mayúsculo. Nos dijo en un correo que nos envidiaba porque él se había quedado sin entrada, sin saber aún Julio que empezaba a trabajar, y dos días después nos sobraba una. Fue bastante fácil y justo que se le ofreciese. ¿Karma?

Coincidimos el otro día en que tenemos casi tantas ganas de los tres días en Bruselas, en plan ceporro, como del festival. Rafa termina mañana el máster y yo no he tenido tantos días de fiesta seguidos desde Navidad, con lo que el plan va a consistir en movernos lo imprescindible, comer gofres y beber cerveza todo lo posible, además de revisitar todos lo garitos nocturnos del Erasmus. Además, conocida la afición de Hugo a la botánica, igual tenemos suerte y nos deleitamos con su cosecha. Los del 2008/2009 en plena depresión, haciéndo las maletas para volver a casa, contando las bajas que aumentan cada día que pasa, y nosotros más contentos que unas castañuelas, sacando Jupilers en el Pakis de Boondael con Boulevard Jacques, jugando a los dardos y al futbolín sin piernas en Montmatre, tomando caipirinhas en el Tavernier, tirados por la mañana en Bois de la Cambre y en los Étangs de Ixelles por la tarde, sentados en el Pantin, en el Café Belga, en el Ratabar, en el... De haber podido, habríamos planeado ir a Bulex, lo que hubiera sido cerrar el círculo. Prometo que haré una foto de nuestras viejas casas si pasamos por ellas (Javi, tuya sólo por la de Guille, que las otras estaban en Anderlecht). Creo, en definitiva, que el Atomium lo veremos desde el avión o no lo veremos.

Y el jueves al festival. Vamos, de nuevo, un montón de españoles. La entrada del festival incluye viaje en tren, para los extranjeros, desde cualquier estación de tren belga para ir al festival y volver los días de comienzo y final. En la SNCB han montado una plataforma electrónica para coger los billetes introduciendo un código que aparecía en cada entrada pero, y es un pero importante, los muy espabilados te piden que pongas la estación de origen y te envían un billete de ida y vuelta. Muy bien, si no fuera porque el jueves salimos desde Bruselas y el lunes 6 el avión lo cogemos desde Charleroi.

Llamé para preguntar qué se podía hacer y, no se me ocurrió pensarlo antes, en el norte, de tan cuadriculados que son, llegan a ser estúpidos. Me dijo la de atención al cliente que en la plataforma, con el código de la entrada, sólo podría coger un billete de ida y vuelta desde una estación, con lo que tendría que pagar el otro billete. Explicaré brevemente cómo funciona el viaje y qué se me ocurrió:

1. Para ir a Leuven (festival) desde Charleroi, hay que coger un tren hasta Bruselas, allí hacer transbordo, y coger un tren Bruselas-Charleroi.
2. Si, como para volver tengo que ir a Charleroi, cojo el billete de ida y vuelta desde Charleroi, el primer día del festival tendría un billete en mi poder con un trayecto largo
3. Si salgo desde Bruselas, casualmente la ciudad en la que hay que hacer transbordo, en el segundo tren Bruselas-Leuven del trayecto que une Charleroi-Leuven, nadie va a saber que nunca cogí el primer tren.
4. Se lo pregunté a la de atención al cliente.

Un error. Un grave error. Me dice que eso no se puede hacer, que no puedo coger un solo billete porque el día 2 salgo desde Bruselas y el día 6 llego a Charleroi, que son dos destinos distintos y que, por tanto, no puedo coger un billete de ida y vuelta que tenga origen y llegada distinta. Insisto en comentarle que, si no hay que cambiar el billete electrónico en taquilla, y tengo derecho a un trayecto largo, ¿qué es lo incorrecto si hago medio viaje teniendo un billete más largo? Es como si cojo un billete de tren Madrid-Sevilla, lo pago, y me bajo en Córdoba, pero a la inversa, montándome en Córdoba. Me dice que no, que no insista, que me lo ha explicado tres veces ya, y que si hago lo que propongo me arriesgo a una multa porque ESO NO SE PUEDE HACER.


¿Pero quién va a saber que no vengo desde Charleroi si justo el transbordo lo cojo en Bruselas? De repente me pone una musiquilla de espera indefinidamente. La muy zorra me ha dejado colgado, como si el insolente fuera yo. Maldita analfabeta incapaz de pensar. Me ha dejado todo jodido, porque me ha dejado por un imposible una tía que, no sólo no ha resuelto el problema que le planteo, sino que, cuando se lo resuelvo yo, me dice que no se puede, que no se puede y que no se puede, que son las normas de la plataforma. Pues me cago en la plataforma de las narices.

Que sepas que tengo un billete Charleroi-Leuven, que voy a montarme en Bruselas, y que voy a mear en el tren.

jueves, 11 de junio de 2009

Flash

Acabo de sobrevivir a la herencia genética.
Mi padre fue ingresado con neumonía en mayo, pero se le diagnosticó también una cosa más: el síndrome de Brugada. Copio literalmente de la página web que habla sobre el tema: "Síndrome que causa muerte súbita cardiaca inesperada en corazones aparentemente sanos. La muerte súbita cardiaca esta causada por alteraciones severas de ritmo cardiaco. Esta enfermedad es conocida con el nombre de Sindrome de Brugada y puede ser hereditaria." Ahí es nada.
El hombre ha decidido ya instalarse un desfibrilador automático, del tamaño de una esfera de reloj, aproximadamente. Se pone debajo de la piel y se conecta al corazón. En caso de parada no programada, y suelen serlo todas, te suelta un chicharrazo. Digamos que se puede evitar que una muerte fulminante sea efectiva.
Lo de que puede ser hereditario, a los médicos les suponía una oportunidad. Este síndrome está prácticamente recién descubierto, con la mayoría de los genes que lo provocan sin identificar. Una familia con síndrome sería un filón para artículos, ensayos clínicos y méritos profesionales. Lástima que mi hermano y yo no lo tengamos, después de hacernos las pruebas. El médico me ha dicho hace una hora "tú padre no sabe de dónde vino ni hacia dónde irá este síndrome". Le he dicho que, de todas maneras, igual era mejor que no supiera nunca, el hacia dónde va.

Como enfermedad no me preocupaba excesivamente: Una muerte fulminante, probablemente con poco o sin dolor. Adiós a la hipoteca, a los hijos adolescentes, al reuma, el cáncer y otras enfermedades terribles, a los esfínteres sueltos de la vejez. Si yo tuviera noventa y cinco añosy un pañal gigante igual deseaba tener Brugada, la verdad, con todas mis fuerzas.

jueves, 4 de junio de 2009

Empezar por los extras

Durante las prácticas en empresa en Bruselas, un despacho para mí solo me parecía un extra de ensueño, habida cuenta de que me movía en las profundidades de una novela de ciencia ficción. ¿Qué clase de don nadie cae en la sede de una multinacional, con cero días de experiencia laboral, tiene un despacho delante de un super-jefe (super-jefe que, por cierto, viene un día y te cuenta que estuvo cenando anteanoche en la Casa Rosada con el Presidente que vive en ella para hablar de negocios) dispone de dos portátiles en su mesa de trabajo, un armario con material de oficina, línea de teléfono propia, menú de invitado especial en el comedor de empresa, y acceso con su pase a más edificios que el grueso de los empleados del complejo industrial?

Pues un don nadie con una flor en el culo. Qué digo una flor, una secuoya gigante. Porque no me jodas, con una experiencia laboral como vendedor de periódicos, reponedor de supermercado, tamizado de Lacasitos azules, o recogedor de carros de supermercado, por poner varios ejemplos, me sentía como en Pretty Woman. En cualquier momento mi supervisor belga me pediría un francés debajo de su mesa, quizá una espagnolette, por lo del origen exótico, aunque voy bastante escaso de pecho, y no podría negarme.

Aún recuerdo a mis compañeros de mesa, lanzando esas miradas furtivas a mis entrecôts con salsa de grosellas mientras se comían a cucharadas las patatas hervidas, sin aceite y sal, que acompañaban a sus salchichas. Venga muchachos, que no están tan malas, y además mañana he visto que hay zanahorias como guarnición.

Empecé con un despacho para mí solo. Empecé con el extra. Desde ahí, todo ha estado por debajo: Por los tres sitios por los que ya he pasado (electricidad, trenes, gas) mi pantalla de ordenador ha sido, y sigue siendo, como la de un televisor a la venta en un escaparate. En el sector eléctrico pude comprobar cuánto ruido hacen, y cuanto calor dan, dos fotocopiadoras-impresoras de planta juntas. Ahora tengo suerte y sólo compruebo el ruido. Puedo dar fe, con mi panza, de que nunca he vuelto a comer igual. Aunque si, como dice mi hermano, una copa tiene tantas calorías como un chuletón, a lo mejor la panza no es fruto de mi incorporación laboral, sino de la integración local. Y en todas partes tuve que pedir llave a la encargada del material dándole justificación de todo lo que cogía (las pasé canutas al coger clips para limpiarme las orejas y no saber que en realidad se emplean para mantener folios unidos).

Además de disfrutar en la cumbre de unas inmejorables condiciones laborales, excluyendo el sueldo, una preocupación menor y banal, las actividades de los que me rodeaban en Bruselas me parecían todas muy selectas. Exquisitas, principescas, tal vez. No en vano creo que he citado ya el viaje a Argentina del super-jefe ¿no? Pues sus secuaces se movían en asociaciones internacionales, asistían citados como expertos a conferencias ¡como moderadores! Frecuentaban ministerios varios, acudían a complejos industriales europeos, y concertaban conferencias videofónicas internacionales. Hablaban con gente de todo el planeta para defender complejos informes que yo no entendía, pero que tenía que ser porque, nadando entre aquella flor y nata, yo era un trozo de queso de cabrales. Aunque lo encierres, el cabrales sigue oliendo. Sobre todo si la noche anterior hubo TD.

De entre todas aquellas maravillas, recuerdo una en particular, que me dejó un sabor de boca, cómo decirlo, como si yo hubiera liberado a Willy, o como si Berlusconi me hubiera llamado tras verme en un book. Encontré un documento en Internet en el que figuraba mi supervisor como participante en Florencia en un Foro europeo sobre temas eléctricos en representación de una de las asociaciones de las que era miembro. En dicho evento sólo pueden participar representantes de los ministerios para la energía, de los reguladores energéticos, y de asociaciones europeas muy conocidas. Mi supervisor era lo más. Me puse una foto suya en la carpeta y la llevé pegada contra mi pecho durante una semana mientras lanzaba suspiros de deseo.

Pues bien, la semana pasada se celebró aquí el evento equivalente en materia de gas, el jueves y el viernes, y acudimos los cuatro miembros de mi unidad. No uno, ni dos: los cuatro. Olé, pa ti pa tu primo. “International” pone en mi tarjeta, pero no es sólo para lucir. Sentadito en una mesa estuve comiendo con varios pesos medios del sector nacional, y a metros de otros del panorama europeo durante el transcurso del evento. Voilà, ma carte professionnel. Thank you, do not hesitate calling me. Un plaisir monsieur. Ha ha ha, that is so funny, you are killing me. Joder con Pretty Woman, si hace dos días estaba jugando a la pocha en la cafetería del CPS, saltándome cualquier clase que hubiera entre las 15h y las 17h, y ahora estoy tomando pinchos de diseño con Mr Bruckerin y con Ms. Fülzweiss. ¿Jugar al golf? Qué cachondo, el suizo, si eso es un coche, no un deporte.

domingo, 24 de mayo de 2009

Hijo adoptivo del partido

Según el test de euprofiler soy el votante perfecto de CiU. Ahora entiendo por qué en los debates del estado de la nación me entusiasma el verbo de Duran i Lleida. Qué estilo, qué guapo, esas gafitas tan bien elegidas y esos trajes tan bien puestos. Pensé que la simpatía venía porque Josep Antoni es también aragonés, pero por lo visto es porque compartimos los mismos anhelos político-socio-económicos. Eso tira más que la tierra, seguro, porque si no, no sentiría esa inquina por Carod Rovira cada vez que mueve el mostacho. Es probable que mis respuestas sobre energía y cambio climático hayan fusilado parcialmente el resultado (en protección del medioambiente se destapa que tengo acciones en madereras brasileñas), o el abierto rechazo a la adhesión de Turquía (si vierais cómo su gobierno boicotea el proyecto energético Nabucco no os fiaríais ni un pelo), pero casi me alegro de que eso me aleje en la gráfica de ERC (que aparece dándose un besito a la derecha del PSOE para asombro mío)
Este patrón me acredita como hijo adoptivo del partido:

sábado, 23 de mayo de 2009

Yo también soy nuclear


Yo ya he firmado. Soy abiertamente pro-nuclear (pro-Eurovisión, pro-nuclear, soy una caja de sorpresas de mal gusto ¿eh?). Ya empieza a tocarme la moral (y los huevos) discutir con gente que me comenta lo mala que es la energía nuclear para el planeta, como si "el sistema", "la sociedad" o "un poderosos big brother" me hubieran lavado el cerebro. ¡Qué bien! tengo la suerte de encontrarme con ellos para descontaminarme de esas nocivas ideas. Chernobil tío, millones de años de residuos peligrosísimos, peces montándoselo con pulpos y calamares en un fondo del mar de ciencia ficción, tumores y cánceres para todos, nuestros hijos calvos, con piel lechosa y con tres brazos y dos anos, sin contar, por supuesto, con ataques terroristas que nos harían volar a todos por lo aires, y a los pocos que sobrevivieran, les condenarían a vagar por desiertos comiéndose los cerebros de otros supervivientes. Vale, esto último es demasiado exagerar, pero seguro que no hay nada más rico que el cerebro de un superviviente de un holocausto nuclear. Cuando descubren, decepcionados, que no creo que podamos producir ni a corto ni a medio plazo toda nuestras necesidades energéticas con éolica y fotovoltaica, y lo que es peor, no podemos permitirnoslo económicamente, siento cómo me ponen una pegatina en la frente que reza "elemento gris del sistema". Cómo me jode. Lo que más me apetece en ese momento es matar tres bebés foca a palos. Jódete Greenpeace, una por otra.

La gente cree que sobre cualquier tema está bien informada y documentada (decenas de ONGs verdes no pueden estar equivocadas). Los periodistas, como siempre, no se sienten responsables de nada, aunque desde el primer momento perdieran la objetividad y el culo por esas teorías fascinantes de la energía verde. ¿Que un científico dice lo contrario? Estará pagado por alguna empresa terrible. Greenpeace tiene voluntarios y, mejor aún voluntarios abonados. Nunca ha habido voluntarios malos (las Brigadas Internacionales y la División Azul eran hinchas de fútbol). Si nos dicen nuclear caca, malo, pues sea nuclear caca, malo. Geotermia y maremotriz, llevan décadas saliendo en los reportajes sobre energía, imagino que como algo curioso, como el Negro de Bañolas. Los coches eléctricos son otro reportaje estrella. Maldita industria de la automoción, malditos lobbies petrolíferos, tienen una respuesta tecnológica y no la comparten. Nadie sabe que muchos de ellos invierten millonadas en investigación, precisamente, para no perder comba en un negocio millonario como el transporte, y que si no triunfa a nivel comercial, no será solamente por ellos, que se dedican a vender cosas a los demás. Por otra parte, la electricidad, esa energía mágica que sale del enchufe y no contamina, nadie sabe de dónde viene y cuánto se mancha para producirla. Todos los años hay "apagones solidarios con el cambio climático" que además de no ahorrar nada, en caso de ser un éxito descomunal, podrían provocar fallos en el sistema que degeneraran en apagones continuados no deseados de, no una hora, sino varias, y en alguna zona más de un día. El no va más de los ignorantes, que creen que la electricidad se gasta fundamentalmente de noche porque hay más luces encendidas. Ejemplos falaces hay cientos: Se nos come el Gigante Verde y nosotros aplaudimos mientras nos mastica.

"I speak to you today as a scientist and as the originator of Gaia Theory, the earth's system science which describes a self regulating planet which keeps its temperature and its chemical composition always favourable for life. I care deeply about the natural world, but as a scientist I consider that the earth has now reached a state profoundly dangerous to all of us and to our civilisation. And this view is shared by scientists around the world. Unfortunately, governments, especially in Europe, appear to listen less to scientists than they do to Green political parties and to Green lobbies. Now, I am a green myself, so I know that these greens are well intentioned, but they understand people a lot better than they understand the earth, and consequently they recommend inappropriate remedies and action.

The outcome is almost as bad as if the medieval plague returned in deadly form and we were earnestly being advised to stop it with alternative not scientific medicine. Alternative medicine has its place, and when we are healthy it is good to avoid strong drugs for minor ailments, and many find relief in acupuncture or homeopathy. But, when we are seriously ill, we need something stronger.

Now that we've made the earth sick it won't be cured by alternative Green remedies like wind turbines or biofuels, and this is why I recommend the appropriate medicine of nuclear energy as a part of a sensible portfolio of energy sources."
James Lovelock, Nuclear energy for the 21st century
Extracto del discurso en la Conferencia Internacional celebrada en París, 21 - 22 March 2005.

martes, 19 de mayo de 2009

La La La



Os ruego que antes de nada pinchéis en el link. Música de fondo, si es que en el fondo esto es música, nuestra música, nuestra candidata de este año a Eurovisión.


Me encanta Eurovisión. Que quede claro que me encanta.


No recuerdo en qué año en concreto este mágico acontecimiento se incorporó a mi vida, pero lo hizo para quedarse. Soy de los que, aunque sea sábado, si hay por ahí una televisión de fondo, voy siguiendo las estelares actuaciones entre sorbo y sorbo de cerveza. Ahhh, qué rica sabe viendo Eurovisión. Y, ojo, que sólo puede disfrutarse una vez al año. La ebriedad me va alcanzando mientras desfilan cantantes de primera fila internacionales por la pantalla. Todas esas celebrities engalanadas para la ocasión, esos juegos de luces, esos brillos, ese público entregado, repleto de fanáticos del festival, y he dicho bien, fanáticos, no fans, porque fanático es lo que hay que ser para viajar miles de kilómetros y disfrutar en directo de tanto glamour concentrado. Qué envidia me dan todos esos hijos de perra con suerte. En Rusia este año, nada más, ni nada menos. Kalinka!!


Me acuerdo perfectamente de las actuaciones de Lydia, de las Ketchup, de David Civera, de Rosa, de Beth, de Sergio Dalma, de Rodolfo Chiquilicuatre, pero sobre todo, me acuerdo de nuestro entrañable y querido Serafín Zubiri, el ciego cantor que actuó, no una, sino dos veces en Eurovisión. ¡Qué cojonazos!¡Qué hombría! Debe de ser que no se pone nervioso porque no ve al público, y lo que es mejor... no ve la tabla de puntuaciones. Porque lo de guan poin, chú poin, zri poin a nosotros, españoles apasionados y de pura cepa, que lo de artista lo llevamos muy dentro, lo de no entender los idiomas nos la trae al pairo. Y si no, mira, que hasta cantamos en inglés (Iu-rops livin a selebreison, seeeleeebreison)


Aunque lo mejor de todo, y no creáis que no he tenido que tomarme unas cuantas cervezas para resistir todas las actuaciones de la gala, son las puntuaciones.


- Sergio Dalma, es el más viejo que recuerdo (Bailar pegados no es bailar, 1991) con un excelente 4º puesto (Ah, ladrón, me enganché contigo, cegado por el éxito)


- Civera, Rosa y Beth, 6º, 7º y 8º puesto en el 2001, 2002 y 2003. Huyyy, casi.


- Rodolfo Chiquilicuatre, 16º, 55 puntos. ¡¡Ese punteo con guitarra de plástico!! ¡Esas coristas con pinta de puta barata! ¡Ese baile a lo maiquel yason y a lo robocop!


- Serafín Zubiri, el 14º, la primera vez, en 1992, y en el 18º con el apoteósico temazo Colgado de un sueño en el 2000. 18 puntos para todo un jit (the biguest guan) que incluía un ciego y un piano en escena.


- Las Ketchup, 21er puesto, también con 18 puntacos, en 2006 (justo antes del Erasmus, para salir fuera y poder presumir de una nación con alma de artista)


- Y el mejor festival de todos los que he visto: Lydia, 1999, última en la 23ª posición con 1 punto. (Para que luego digáis que nos votan Andorra, Francia y Portugal)


Esta vez sí, cómo iba a ser si no, el 2009 tenía que ser nuestro. Basta de llevar a gente elegida por el público. A fin de cuentas, todos sabemos que los que mandan SMS a estas cosas compran su música en las gasolineras o es de la que oyen en Gran Hermano. Este año había que llevar a una estrella consagrada. Las listas de los discos más vendidos no pueden estar equivocadas, puesto que esos discos, se supone, llevan música, y este es un festival de música. ¡Este año llevamos a Soraya!

Alonso, Nadal, Gasol y los chicos de la selección se quedaron sin entrada en Moscú, con la reventa por las nubes, para poder ver a esta epopeya (o poyeya) de la canción festivalera. Un torbellino. ¡Qué digo! ¡¡¡Un vendaval, un ciclón, un huracán!!! Conecté con las puntuaciones desde un televisor en Trujillo, en el Parador, después de pasar el día en Cáceres y me quedé absorto, enganchado como Poli al caballo, al gimnástico, digo. Conectaban con países raros, terminados en 'nia', en los que hablan euskera o rumano, según me han dicho. Y al final, al final de todo, una victoria aplastante de un ruso con pasaporte noruego y un violín roto. ¿Qué ha pasado Soraya? ¡23 puntos!¡¡23 puntos!!

Teddy Bautista llamando por teléfono a Moscú. Soraya ¿qué has hecho? ¿Tú sabes la de conciertos en fiestas que te van a cancelar? ¿La de bodas en las que dejarán de pincharte?¡Nadie comprará el disco de Eurovisión de 2009 y vamos a perder un montón de ingresos!

El Rey llamando para felicitarla. Se equivocó. Nadie le explicó que había ganado Noruega.

Los fans a la puerta del recinto. Vodka, lágrimas y ¡¡Kalinka!!



Pero 23 puntos ¿¿Tantos??

Tranquilos, los jurados profesionales, han hecho pública su votación. Los expertos decidieron que lo de Soraya, 9 puntos, última, y gracias. Tengo ganas de ver qué hacemos en 2010. La pitonisa Lola da más risa. Que la lleven. Pero nada de retirarse del festival como han propuesto. Eso nunca. Las cervezas no saben igual viendo Días de Cine.

miércoles, 13 de mayo de 2009

El ruso que venía del sur

2 Pintas de Bass
+
4 Copas de Barceló con cola
+
1 Chupito de pacharán (por cortesía de la casa)
+
Terraza nocturna
+
Tupperware
+
Sly and the Family Stone
=
Primer encuentro con Javi en Madrid


lunes, 4 de mayo de 2009

Adiós al frío


Vaya con la vuelta de Semana Santa.
En el trabajo hemos empezado el asalto a la nueva compañía del grupo. Tuvimos una reunión en la sede, territorio hostil a nuestra llegada. Y es que los jefes han agitado los ánimos de los nuevos compañeros, algo lógico si pensamos que, en una fusión, sobran jefes. Porque dos grupos pueden ser comandados por dos jefes, pero fusiónalos, y sobrará uno. Es lo que se llama sinergia, y la consultora que dirige el proceso nos cobra una pasta por ponerlo en Power Points que viajan, en cascada, desde el consejero delegado hasta la última secretaria. También es cierto que llegar a la sala, repartir tarjetas y preguntar ¿y tú a qué te dedicas? no le gusta a nadie. Aún con todo, me lo pasé increíblemente bien. Mi jefa, y os lo he repetido hasta la saciedad a los que habéis hablado conmigo, manejó la situación con unas tablas impresionantes. Empezamos todos tensos, y sin embargo, acabamos recibiendo compromisos de cooperación, reparto de documentación de los grupos, concertando próximas reuniones y charlando sobre futilidades, todo conducido mediante el carisma arrollador de una conquense con muchas reuniones difíciles encima. Todo un ejemplo.
Me he iniciado en los viajes con derecho a noche. Tomarse una cerveza en el Roi des Belges sólo es superable por otra cerveza sentado en una acera de la Grand Place de noche. Tampoco está nada mal vestirte en tu cuarto y bajar a una reunión en el mismo hotel en el que te alojas. Es como trabajar en casa pero otro la limpia por ti. En mis sueños bajaba en pijama a la reunión y subía en el descanso a cambiarme (y no era una pesadilla).
He guardado bajo llave la manta, y ya era hora, porque tras un invierno particularmente frío y lluvioso (lugareño dixit) viene un calor muy estimulante (a lo mejor lamento esto en diez días).
Y por último, puedo contar que tengo nueva compañera de trabajo desde hoy. Es de la casa, de otro departamento, mayor que mi compañera y yo. De momento me abstengo de comentar nada. Estamos conociéndonos, lo que significa que a lo mejor le dedico una entrada en el blog (ruego para no tener que hacerlo, porque eso significará que deseo tirarle un café por el teclado o meterle anchoas en el bolso)...

miércoles, 15 de abril de 2009

Breve relato fotográfico de unas vacaciones


Copenhague, que está en Dinamarca, país fabricante de galletas envasadas en lata (no en caja, qué horror) empezó a ser importante desde que el obispo Absalon (debajo) construyera un castillo en lo que era un pueblito.Os dejo algunas de las fotos que he hecho de la ciudad Un montón de los sitios emblemáticos están junto al agua
Esta es la foto más cercana que tengo del Turning Torso de Calatrava en Malmö, que podía a verse desde lo alto de los edificios de Copenhague. Estuve en un pueblecito de pescadores desde el que se veía mucho mejor, pero la tarjeta estaba llena.
Como curiosidades, el parque de atracciones Tivoli, de 1843, El cambio de la Guardia Real, que nos lo encontramos de casualidadBicis,Muchas bicis,
Bares curiososNiños con problemas de adicción
Y una estupenda cámara de fotos para poder mostrároslo