viernes, 29 de agosto de 2008

El encargo


Hace diez días buscaba un artículo en la Fnac. Como no lo encontraba acabé preguntándole a la dependienta. No lo tenían, pero me dieron la oportunidad de encargarlo. Le pregunté cuánto costaba y, como era bastante barato, le dije que lo pidiera.


Hoy he pasado a recogerlo y veo en la etiqueta que cuesta cuatro euros más. Se lo digo a la misma chica que me atendió el otro día y me dice que pregunte a su compañero, que él sabe más del tema.


Me dirijo a la mesa del compañero, por lo visto el enteradillo de la sección de discos y películas. Gafapasta, cómo no. Le explico que solicité el artículo a raíz de preguntar el precio, lo que equivale a aceptar un precio por un producto. Me dice que el artículo a lo mejor estaba más barato porque estaba sujeto a una promoción, pero que como el encargo no me cuesta dinero no es una compra, no he desembolsado dinero, y que si ahora ha cambiado el precio tengo que pagarlo igualmente. ¿Que tengo que pagar cuatro euros más y punto? Pues vale.


Bajo a información donde me atienden Pili y Mili. Doy los buenos días y les pregunto que si es ahí donde puedo poner una reclamación. ¿Sí? Perfecto. Pues quiero una hoja de reclamación. ¿Por qué? Porque encargué un producto a un precio dado, y cuando ha llegado me dicen que está a otro. Me saca una hoja de "Ayúdanos a mejorar". No, no, de estas no, esto es un documento interno (me miran al unísono pensando que de dónde me he escapado) lo que yo quiero es una hoja de reclamaciones. ¿De las de consumo? Pero es que esas son más bien para problemas técnicos, me dice. No no, son de atención al consumidor. Y yo soy un consumidor. Me la da en silencio. Es de las nuevas. Con el escudo del Gobierno de Aragón y toda la pesca. La completo y se la pasan al encargado de la tienda para que la firme y me devuelva las copias. El tío me da la razón y dice que, en caso de compra, debe ser al precio del encargo y llama al gafapasta de arriba para comunicárselo. Por lo visto el fan de Star Trek se resiste un poco, pero el jefe es el jefe, y el cliente tiene la razón. Me pregunta si había pagado ya. En dos minutos tengo un ticket por un valor de cuatro euros menos y el reconocimiento de mi queja, anulo la hoja de reclamaciones y salgo de la tienda con escalofríos de placer.

martes, 26 de agosto de 2008

Los primos de los primos

Había uno que tenía un primo de su primo que era bombero. Otro, un primo de un primo suyo que era catedrático. Y quien sabía que un primo de su primo había aprobado una oposición para ser notario. El no va más. Los primos de los primos. Primos al cuadrado. Realmente no son nada de uno, y es verdad, son fulanos, oiga, fulanos que no conocemos de nada. Pero son fulanos especiales. Cuando hay una boda, una comunión o un bautizo, cabe la posibilidad de que esos fulanos se sienten a nuestro alrededor, en una mesa redonda como la nuestra, y sean testigos de todo lo que hacemos. Y nosotros de lo que hacen ellos. Y ojo como tengan una mesa mejor situada que la nuestra, porque es posible que al anfitrión se le corte la cabeza por las ofensas surgidas de las comparaciones.

El caso es que siempre te quedas con algún dato, de los raros. El primo que se llama Hilario quiere pasar desapercibido, pero con las tarjetas en la mesa, todo hijo de vecino quiere ver la cara que tiene el dueño de ese nombre. Hilario. Tío, qué putada. Siempre hay alguien que recuerda que alguno vino con una novia muy guapa, o con su señora, a una celebración anterior, y que ahora está solo. ¡Divorcio! ¡Rupturas! y pronto podemos cuchichear con la copa de vino tapándonos la boca, no vaya a ser que el cornudo nos lea los labios, y es probable que se enfade, ya que es un fulano que no conocemos de nada.

Pues mi padre es de los que se queda con los nombres de las tarjetas. ¿Viste al que estaba sentado a la derecha de Hilario? Es sobrino del que se separó y que ha venido solo a la boda. Así que ayer, trabajando por la noche, cuando en la radio citaron un nombre vagamente conocido, prestó un poco de atención.

Tenemos un primo de unos primos con boleto ganador. Nuestro Hilario particular. Habida cuenta de que hay un cantante de renombre nacional en la familia de primos de primos, estaba bastante difícil desbancar el puesto que despierte más atención en la próxima celebración.

Tenemos un pariente de nuestros primos que es, atención, ¡rector de la nueva Universidad española!


Esta querida figura extrafamiliar cambió su residencia a Madrid, se desenvolvió en el mundo de ocio nocturno más rancio, Almodóvar incluido, se llenó de tachuelas la ropa, y de pinchos las muñecas y abrió un conocido sexshop. Hubo un programa de televisión de contenido erótico en el que cada semana se presentaba un nuevo producto de la tienda. A la semana siguiente, este personaje y su pareja aparecían comentando todo lo que habían experimentado con el nuevo juguete, lo mucho o poco que molaba meterlo, sacarlo, girarlo, olerlo, chuparlo o tocarlo. Ya con este paso estaba cerca de conseguir el mejor sitio del podio. Había un enconado debate.

Pero se acabó. Ganó la medalla olímpica con su aparición en la radio, mientras los locutores no dejaban de citar con sorna su cátedra en sexo, explicando cómo España es un país reprimido, que sólo folla a la antigua, y que por eso nos ofrecen en su Universidad, por ejemplo, cursos de bondage (que te aten la cola o las tetas, más o menos). No contentos con la aparición en la radio, hemos descubierto en Internet que prensa nacional y extranjera recogía la curiosa noticia.

Hay cuatro disciplinas en dicha institución:

Bondage. Lo de atar tetas y colas. Si la(s) tienes pequeña(s) no te apuntes, porque se te caerán los amarres. Los que hayan hecho cursillos de primeros auxilios tampoco, que esos se emocionan, y como te hagan un torniquete con una soga no te quitas el morado en dos años.

Masajes eróticos. Aquí pagas por que un tío sobe a tu pareja delante de ti, so pretexto de aprender a tocarle tú. Eso sí, con potingues con olores, luz tenue y música feng shui.

Taller de streaper. Este es el más difícil. Es la Ingeniería Industrial de la Universidad. Claro, que es el que luego más salida tiene, sobre todo ahora que hay crisis y la energía está por las nubes. Abstenerse los que suden mucho, que la barra resbala.

Taller de porno doméstico. Suena divertido, si no fuera porque te dan las clases unos tíos que han rodado pelis porno de verdad (y las pollas de 30 cm no son las de andar por casa). Toma ginseng, porque aunque las escenas de la peli sean de un minuto entre plano y plano, el curso es de 12 horas. Reza porque no te hagan examen oral.

Me imagino que los chicos pagarán matrícola y las chicas matríchocho, para hacerlo más divertido. Lo que no sé qué pasa si suspendes, si tienes que repetir o no. Como iba a ser la Universidad con mayor tapón de la Historia seguro que habrá aprobados generales, así que el título está asegurado con la inscripción. Ahora mismo te dan un diploma de Ciencias Sexuales, pero están pensando en incluir una especialización (francés, griego, lluvia dorada, etc). Lo que me plantea un problema ¿te podrás ir de Erasmus? ¡Eso sí que es Orgasmus! Y ¿cómo cuadras el plan de tu Universidad con el de la de destino? Porque claro, si te vas a Bruselas, seguro que tienes que matricularte de dos asignaturas de allí para sacarte una de aquí. ¡Todos de Erasmus a Bélgica, guarrotes!

Creo que tenemos el oro olímpico en la categoría de primos de los primos hasta Londres 2012. Hilario ya puede divorciarse tranquilo.

viernes, 22 de agosto de 2008

Normosómico



Esta imagen, aunque no se distinga muy bien, es parte de las gráficas del electrocardiograma del reconocimiento médico. O dicho de otra forma, agarraos la peluca nenas, os estoy mostrando mi corazón dándolo todo. Con una frecuencia de 62 pulsaciones en reposo soy un adulto en forma, casi deportista. Pero solo casi, no quiero tampoco presumir de que mi sedentarismo sea casi atlético.

El informe recoge que tengo constitución normosómica, que a falta de una definición precisa, mi interpretación es que, si sómica viene de forma, y normo de normal, pues eso, que ni gordo ni flaco, ni alto ni bajo. O profundizando un poco más, quiere decir que no soy una cacatúa ni un salmón, sino que tengo forma de persona. Casi deportista, no lo olvidemos.

Especifican, curiosamente, que mi piel y mis mucosas tienen una coloración e hidratación normales. Lo de la piel salta a la vista, pero no recuerdo que nadie me examinase las mucosas. Me inquieta un poco más la otoscopia: sin hallazgos significativos. Que en mi oído no haya nada significativo no quiere decir que no hayan encontrado nada. ¿Qué podrá haber?

En la auscultación pulmonar se constató el murmullo vesicular conservado, o lo que viene siendo una brisa marina dentro de mi torso casi atlético. La analítica de orina y sangre dio todo normal, y mejor, porque si tuviera un índice de Urobilinógeno, C.H.C.M. o GGT fuera de los umbrales máximo y mínimo, tendría que preocuparme por saber qué rayos es eso.

Y así, la lista de pruebas constata que en todo soy normal, y concluye que el protocolo de prevención de riesgos laborales que habré de seguir en mi puesto de trabajo es el de PVD. De Pantalla de Visualización de Datos. Qué listos, lo habría sabido diagnosticar yo también. Y que consiste, básicamente, en que no pongas la nariz delante de la pantalla, que no tengas la mesa muy alta ni muy baja, o que en tu vida tendrás que preocuprte por tocar una carretilla o un aparato de soldadura de oxicorte, por ejemplo.

miércoles, 20 de agosto de 2008

miércoles, 6 de agosto de 2008

Volver

Por falta de ingresos (y acumulación de gastos variados) mañana día 7 vuelvo a Zaragoza hasta principios de septiembre (cuando empiece el nuevo trabajo). No voy a cambiar el título del blog:

1) Porque es una estancia vacacional.
2) Porque tengo pagado alojamiento en Madrid, con multitud de mis pertenencias en él.
3) Porque el billete a Zaragoza es de ida, y el de Madrid corresponde al trayecto de vuelta.
4) Porque no me da la gana de cambiarlo, que estoy muy contento con el nuevo.

viernes, 1 de agosto de 2008

Piso


Ya tengo casa (y llaves de la). A 5 - 10 minutos andando hasta el trabajo, lo que en Madrid es un auténtico lujo, amén del ahorro en transporte que voy a hacer, que no es poco. Es una casa pequeñita, con tres habitaciones (compañero de Bilbao y compañera de Sevilla), un baño en un estado excelente (reformado el año pasado), una cocina de tamaño mediano, en un segundo piso, con un montón de servicios alrededor (supermercados, caja de ahorros, bares, etc) y junto a la única parada de metro por la que pasan cuatro líneas (Avda. América), además de la estación de autobuses que tiene línea a Zaragoza. Y un alquiler, eso también importa, bastante barato.


Ahora mi incertidumbre vuelve a centrarse en el nuevo puesto de trabajo. Y para saber cómo será eso falta casi un mes, además de un reconocimiento médico el lunes que viene (sangre y orina, como en el Tour) que me ha chafado un poco el despiporre del fin de semana (no es muy presentable que sangre y orina sean de la famlia del Tanqueray con tónica).


Pero ya os contaré más en persona, pues la semana que viene vuelvo a Zaragoza city (forzar el mecenazgo de mi familia por el alojamiento y manutención, sin tener trabajo, no es muy respetuoso por mi parte).

Fortunato

Empiezo a pensar que estoy siendo demasiado afortunado. Y cuando uno cae en la cuenta de que es demasiado algo, es probable que tarde o temprano la tendencia se pare o incluso que se invierta. ¿Que por qué me considero afortunado?
Por esto.

Hace unos meses me rechazaron en un proceso de selección de la compañía eléctrica. Pues ahora parece que vamos a tener relaciones de nuevo. Habida cuenta de que mi nueva plaza va a desarrollarse sobre los intereses del sector gasístico de la empresa, y de que la parte de gas de la otra compañía habrá de ser vendida por temas de competencia del mercado, sí que parece que el alcance de mi puesto podría aumentar. Y quien dice el alcance, dice también la posibilidad de pasarme a los mercados de electricidad en un futuro, de mayor movilidad en la empresa, etcétera. Demasiada suerte para no haber empezado aún a trabajar...