lunes, 29 de enero de 2007

Fin de exámenes (IV)


Lunes 22, 8:00AM, Conducción de redes eléctricas. El mismo profesor que la primera vez, pero con la desagradable primera experiencia en la memoria de ambos. Fue otra hora de suplicio, con los apuntes delante, un libro inglés fotocopiado, lleno de notas de mi puño y letra (más bien mi puño, que hay que ver que letra tengo) en inglés, francés y español. No estuvo simpático ni sonriente como la primera vez. Esta vez estaba serio, para animar. En serio, temo a este tipo y sus exámenes. Sé perfectamente que la respuesta que busco a su pregunta, la maldita fórmula que expresa matemáticamente lo que acabo de decir, está aquí, en esta página. Dos minutos en silencio, mirándola pero sin verla, y el sudor corriendo por mi cuello, consciente de que me mira serio frente a mí y me juzga un inepto. Me señala con el dedo la primera línea de la página, de las pocas que tengo subrayadas con fluorescente, y me dice que esa es la respuesta. Ese fue el momento culmen de mi examen, es verdad, pero el resto no fue mucho mejor. En España, con los benditos exámenes escritos, si un profesor vigilante se situa junto a mí, a observar lo que escribo, me detengo automáticamente, irritado por sacarme de mi concentración y venir a juzgar, inoportuno, lo que voy a entregarle al acabar el examen. Aquí es imposible parar, porque te quedas sin examen, así de simple. Es un sistema que personalmente me enerva, pero no me queda otra. Me dice que pare, que ya llevamos una hora y hemos tocado muy pocos temas, en definitiva que no he hecho un buen examen. Le digo que lo sé perfectamente, y me contengo la lengua esperando que ose decirme que no he estudiado, porque ese camino no se lo voy a dejar tomar, sea mi supervisor o el dueño del universo. No dice nada, aunque está claro que lo piensa, pero no puedo defenderme de lo que no me acusa. Continúa diciendo que hice un buen trabajo para la asignatura, el que entregamos Maguila el Gorila y yo, 17/20, la segunda mejor nota de la clase, y que por eso va a ponerme 12/20 pero, repite, no he hecho un buen examen.


A continuación, esta misma mañana, me espera el examen de prácticas que ha de mediar con lo que hice el primer lunes 8 con este caballero. Me siento y los asistentes de laboratorio me dan a elegir entre tres exámenes al azar. Me dejan veinte minutos para prepararlo antes de pasar con el asistente de turno a recitarle la lección. Saco los guiones de prácticas sobre la mesa y comienzo a transcribir de mi propio guión la explicación que di a tal fenómeno eléctrico. Se acerca uno de los tres profesores y me dice con una gran sonrisa que el examen es sin nuestros guiones. ¿Ah no? Vuelvo medio cuerpo para mirar al delegado del curso que está sentado detrás de mí (¡que sólo somos seis alumnos en este curso!) que levanta la cabeza sonriente y excusándose, porque antes de Navidad pensaban que era con los guiones, pero que se había olvidado de decirme la semana pasada que no, que era sin apuntes. ¿Cómo voy a resolver esto si no me sé las putas fórmulas?. En fin, céntrate que no te dan mucho tiempo. Ya se comerá este de detrás sus propios guiones cuando salgamos de aquí.


El asistente que me examina es realmente un tipo amable. Me pregunta si de verdad no sabía que el examen era sin guiones y dice que tendrá en cuenta que así lo pensara. Le explico las cuestiones de palabra y le enseño cómo recuerdo que era la ecuación para calcular los subarmónicos fundamentales de una onda, a partir de un desarrollo en series de Fourier, etc, etc. El corrige mis fallos en las fórmulas e intenta ayudarme a resolver la ecuación de un filtro RLC. Maldita electrónica, la aprobé el lunes pasado y aquí viene de nuevo a reirse de mí. Me dice que sin las fórmulas el examen no da para todo lo que debería haber dado, pero que si quiero puedo dejarlo así o coger otra hoja de preguntas de examen, resolverla y mediar entre las dos. Uf, qué tentación, si saco la de la primera parte le bordo el examen sin necesidad de tener nada, si en cambio saco la hoja de la tercera sesión de prácticas me van destrozar vivo. Mejor regular que jugármela a doble o nada.


Esa misma tarde recibo dos correos. Uno, la media entre prácticas y examen del lunes 7 es de 12/20, la más baja de la clase con cinco puntos de diferencia del siguiente. Dos, mañana a las 15:00 me recibirá el señor H. en el despacho de su empresa para hacer el examen que perdí la semana pasada. Las sirenas han acudido en mi ayuda, y ya sólo me queda un día para acabar todo esto...

sábado, 27 de enero de 2007

Fin de exámenes (III)

El siguiente examen fue el oral del curso de francés. Un éxito relativo. Me quedé con la oreja pegada tras la puerta del aula escuchando la deliberación de las profesoras, y una de ellas definió mi fonética como que no es una catástrofe. Eso se traduce como que es penosa, pero pasable.

El viernes 19 tenía un examen oral a las 16:15 en el despacho de un profesor, Energies non conventionnelles, así que fui a las 15:50 hacia allí, saturado de esa asignatura y con ganas de acabarla ya. Pasé por la Secretaría del Departamento, donde una amable mujer me preguntó a qué venía.

- Ya sé que vengo antes de la hora, pero es para asegurarme de que es aquí. Tengo un examen a las 16:15 con Monsieur H.
- No, no es hoy, era ayer a las 16:15
- No, qué va, es hoy a las 16:15, soy Cxxxxx Axxxxxx, es el examen de Energies non conventionnelles.
- No bonito, era ayer.
- Jaja, no, no. Si tengo apuntado que es hoy.
- Era ayer, te estuvo esperando hasta las cinco porque eras el último alumno en hacer este examen.

La oscuridad se cierne sobre mí. La secretaria, un ángel en persona, se aprestó a tranquilizarme en cuanto me vio palidecer, instante en el que el tamaño de mis pupilas dejaba entrever mi cerebro, al fondo, pequeño y diminuto como una nuez, como el cerebro del más estúpido dinosaurio, quizás el primero que se extinguió, por lelo. No te preocupes, me dice, que Monsieur H. es comprensivo, y sabrá que te has equivocado y te lo hará de nuevo, ya lo verás. Deliciosas palabras en boca de su fenomenal Secretaria. Un beso le daría, señora, si pudiera controlar mis labios, que ahora mismo están abiertos en forma circular de la emoción que despierta en mí semejante fallo.
La mujer llamó al despacho del profesor para explicar lo que habia ocurrido. Monsieur H. está en una reunión, le hace saber la otra Secretaria, seguro que otro ser de dulce timbre de voz, y cálidos y voluptuosos senos. He de anotar mi dirección de correo y mi teléfono, que le harán llegar entre las dos al profesor para indicarme su propósito. Estoy seguro de que las palabras un pobrecito alumno español que se ha confundido, empleadas en la conversación telefónica, van a llegar tal cual a oídos de Monsieur H. Toda mi esperanza recae en la sugestiva voz de las Secretarias, como si la melodía de unas sirenas pudiera asegurarme un bote.

viernes, 26 de enero de 2007

Fin de exámenes (II)


El siguiente examen fue el lunes 15, Electrónica de Potencia. Tuve el miércoles 9 un examen escrito del curso de francés, pero no fue nada serio comparado con los exámenes de las asignaturas.

La mitad del examen era realizar una presentación de 15 minutos sobre cualquier tema relacionado con la asignatura, sobre electrónica de potencia. La verdad, pensaba yo, que es un chollo, muy mal hay que hacer el examen de después para no aprobar esto. Los otros diez puntos sobre veinte consisten en una pregunta que formula el profesor, para la cual te deja preparar la respuesta durante 15-20 minutos, mientras ve la presentación de otro alumno, tras la cual escucha tu respuesta.

La presentación fue más o menos bien. No fue para nada original, y seguía de cerca uno de los capítulos del temario, con analogías a cosas vistas en mecánica para darle un aire novedoso (que no nos engañemos, no lo tenía). Me dijo que estaba bien, me formuló una pregunta sobre el nuevo campo de estudio de materiales semiconductores, algo que, para variar, no sé por qué supone que debería de saber. Me salí por la tangente, le hablé de la espintrónica, la electrónica subatómica del futuro, y que me echen un galgo. El me contestó después lo que hubiera querido oir, pero al menos dije algo que es real a largo plazo.

El turno de la pregunta. Vamos a ver muchacho. 335 páginas en PDF como la de la fotografía, con gráficas, frecuentes fórmulas ingobernables, ideas de un mundo físico invisible e intangible, lleno de variables de estado e hipótesis matemáticas. Además de cuatro guiones de prácticas de las seis que hubo. Es cierto, me faltan dos, uno porque no fui al laboratorio para terminar un trabajo con el belga loco, y otro porque me fui a Gante cuando vino Héctor de visita. Total, para qué ir, si no piden guiones ni resultados, ni apuntan quién va o no.

¿Qué narices está dibujando este hombre? Eso es un circuito de un convertidor CC-CC. ¿Y eso que tiene que ver con lo visto en clase? Nada, ya os lo digo yo. No tiene absolutamente nada que ver con lo visto en clase. Por lo visto es un circuito visto en la práctica número 5, en la que yo disfrutaba de los monumentos de Gante. Resuélvelo chaval, que ahora regreso a oirte.

No puede ser. No puede pasarme. Es surrealista. Y con lo despistado que es este tipo ¿lo habrá hecho a idea? No, seguro que no, pero me está jodiendo pero bien. ¿Cómo narices funciona esto?. Joder, no tengo ni el guión del enunciado, ni una pista. Calma, saca un par de hojas, llórale, di que lo has intentado. Uf, ¿y qué pongo siquiera para que vea que he empezado?. Joder, ¿qué narices hay de los nueve temas de clase?. En esta Universidad no sabe resolver un problema ni el Tato, y aquí tengo uno para mí solito. ¿Cuánto tiempo habrá pasado ya? Se me calzan, de nuevo se me calzan. Yo no he venido aquí a perder el tiempo y el dinero, que para eso me alquilo Libertarias en el video club. Ya viene, no has hecho más que garabatos, reza lo que sepas, que es más difícil salvar este examen que poner una pica en Flandes.

No señor, lo siento, de verdad, no soy bueno resolviendo circuitos, la base de electrónica la aprobé hace cuatro años y no puedo recordarla sin haber hecho ningún circuito en tanto tiempo. Oh, sorpresa, me dice él. Y se disculpa, porque él me había formulado un circuito para ayudarme a mí, y aunque no hablase bien el francés, así podría mostrarle resultados. Es decir, me formulaba una pregunta eminentemente técnica para ayudarme a sacar más nota. ¿Por qué no me pones una maleta de coca en el aeropuerto a mi nombre para ayudarme? ¿Por qué no me preguntas algo del temario? ¡Aún estás a tiempo! Me propone ayudarme a resolver el circuito dándome pistas. En serio, estos tipos deben ser los inventores del Cluedo. Imposible. Cada par de bobinas y condensadores del circuito bailan alrededor del diodo Schottky soplando un matasuegras. El tipo, resignado, dice que la presentación que he hecho ha estado bien, que había comprendido muy bien el tema. Me pone un 11/20...

¿Alguien entiende algo? ¿Me ha aprobado? ¿Le doy pena? ¡Le doy pena! A pesar de la alegría inicial sigo molesto. Sí, es cierto, he aprobado algo que en España sería un suspenso, pero no deja de ser injusto sentirme como si me hubieran regalado algo que no merezco. Estudié, y mucho, esta asignatura, sobre todo después de la experiencia de la semana anterior, para jugártela toda gracias a una azarosa broma de la vida. Cada vez veo peor los exámenes orales precisamente por eso, por el factor suerte. Si hay algo que está claro es que en un examen escrito todos son evaluados respecto al mismo tema/problema, y a nadie le tocan temas más fáciles o difíciles. Puedes tener suerte de habértelos estudiado o no, pero todos jugarán igual. Bueno, bien es cierto que a final tengo un aprobado que necesitaba, así que gracias.

jueves, 25 de enero de 2007

Fin de exámenes (I)


¡Acabé los exámenes! ¡Qué horror, Dios mío! No veía la hora de acabar semejante infierno de asignaturas: qué feas. Esto me pasa por elegir electricidad...

El primer examen era un cúmulo de presión, el día 8 de enero, al día siguiente de mi marathoniana vuelta a Bruselas, incluyendo un horrible viaje en coche Zaragoza-Barcelona de 2 a 5 de la mañana con niebla espesa.

Ingeniería de redes: Mi primer examen oral (que no sea de idiomas). Evidentemente también era de idiomas. Con un profesor que me da cuatro asignaturas mas. Él es también el director del departamento de electricidad. Además de mi supervisor del proyecto y las prácticas en la empresa (amigo personal y colega universitario de mi ponente del proyecto en la empresa). Una asignatura difícil, fea, compleja, de la que carezco la misma base que los belgas y delante de una persona a la que, casi obligatoriamente, eufemísticamente recomendable, debería causar una grata primera impresión.

Un infierno, un horror. Él estuvo agradable durante todo el examen, sobre todo al oír las innumerables equivocaciones que tuve al decir lo primero que acudía a mi cabeza sin pensar. Joder, examen en tiempo real: en un escrito tachas o empiezas en hoja nueva, pero las tonterías no las entregas. Bajó el listón, dándome pistas, a las que yo añadía 'Sí, eso, por supuesto'. Resultó que las dos veces que lo hizo, me coló datos erróneos, y, tras comérmelos con patatas (y con guacamole, y con ensalada, pan, vino y postre), me pedía que le explicase por qué creía que él se había equivocado respecto a los apuntes. ¿Qué clase de pregunta es por qué crees que he citado mal la teoría cuando acabo de creer en todo lo que has dicho?

En fin, una pena. Todavía más grande cuando tiró el listón por los suelos y me preguntaba, ante un evento tal, se me ocurre que podríamos hacer A o B ¿cuál es tu forma de actuar ante este evento imprevisto?. Maldito hijo de puta ¿acaso hemos estudiado que puede suceder A, B o incluso C? Nunca. Al menos en clase, cabrón. Te voy a tirar de los pelos de la barba hasta que me digas que nunca supusimos que podían suceder ni una sola cosa con las letras del abecedario, y que las más de 300 páginas en inglés y francés que he estudiado e intentado comprender como un chino, no explican nada de esos fallos y todo lo que aparece en ellas funciona siempre perfectamente. No di ni una de las dos veces que me preguntó y me dio a elegir. 25% de probabilidad de fallar las dos y fallo.

A la hora ¡una maldita y larga hora! a lo largo de la cual mi francés derivaba en una retahíla de balbuceos tan incoherentes como mis respuestas (casi mejor, que por lo menos me vea mover la boca y no me entienda, a entenderme y descubrir que sólo salen pajas mentales), me interrumpe: Bueno, vamos a parar y dejar aquí el examen. Sí, por favor, tenga clemencia, he sufrido bastante ya. Siempre pensé que el ridículo era pederse delante de tu jefe, o quizás llevar la bragueta bajada delante de la madre de tu novia, pero me equivocaba. No hay nada tan malo como parecer retrasado, ni siquiera parecer un guarro o un pervertido: ser tonto es mucho peor. No me dijo qué calificación tenía, y no podría hasta que no mediase con mi examen de prácticas de laboratorio (primera noticia que tuve de que había un examen de prácticas de laboratorio). Una toma de contacto muy agradable. Algo así como caerse en un contenedor de chinchetas.

El siguiente examen: Electrónica de potencia...

jueves, 18 de enero de 2007

Mobiliario urbano

Siento estar ausente estos días, con las jornadas completas en la biblioteca me quedan pocas ganas para ponerme a hacer nada en el ordenador. Ya os contaré cómo han ido los exámenes cuando los acabe, pero vamos, que no es jauja, ni mucho menos, aunque espero que vayan bien, la verdad...


¿Véis que lámpara nueva me he echad para el cuarto? He hecho varios intentos de fotografiarla cuando lucía, pero ha sido algo más complicado de lo que parecía, ya que la captura de la foto no es instantánea y sólo me ha salido apagada.

viernes, 12 de enero de 2007

jueves, 11 de enero de 2007

Guillermo. 23 años. Mallén (Zaragoza)


Guillermo. Guillermo Gordon's Gutiérrez. Le conocí haciendo el curso de francés de verano. Nos presentó Marta. Me dio su dirección de correo electrónico. Le agregué. Hablamos por messenger un par de veces. Nos vimos en septiembre en la facultad de Económicas y me confesó que no tenía ni idea de saber con quién hablaba por messenger. Todo un crack.
Y sin embargo, 24 horas después de la llegada a Bélgica, nos invitó a comer en su casa. No des la mano que te cogen el brazo. Él es el director de Zaragoza acoge, piso por el que han pasado al menos una noche la mitad de los Erasmus de esta ciudad. Que sepas, que aparte de vaciar un poco tu nevera, yo aún no he pasado noche allí...
Hombre con suerte, capaz de perder en dos establecimientos públicos las llaves de su casa y recuperarlas. Todo el mismo día. Le encanta hablar con desconocidos, las mujeres exóticas (cuanto más lejos mejor), la Chimay Blue y Muchachito Bombo Infierno.
Y vive con dos belgas, para dar ejemplo, que aquí hemos venido a hablar francés, que para beber e ir de fiesta me quedaba en Mallén. Organizador de fiestas, socio honorífico del Delirium Tremens y de Azcar, pero, lo que más le gusta... es ir al Soho.
¿Al Soho? On y va maño, on y va.

martes, 9 de enero de 2007

Gofre Imagine Peace


Gofre del Aldi con Nocilla del Delhaize. Tiene un aspecto asqueroso, así, recién salido del microondas. Antes lo calentaba más y el chocolate se derramaba por el plato que terminaba por lamer con gran regocijo y satisfacción (cualquier persona normal, sola, en casa, lo haría). Un día lo puse algo más de tiempo que de costumbre y no paraba de salir humo negro del microondas. Dos días después mi cuarto/casa aún olía como un puesto de algodón de azúcar de las ferias.
Es feo, y seguro que tiene miles de calorías, e incluso puede que no quiera saber de dónde salen las grasas y otros ingredientes que lo componen, pero esto está de muerte. Y me acaba de alegrar la merienda de un día de estudio.

Un mal día

""Toda la conversación es verídica, vaya que si lo es. Responde a una conversación con una joven belga que conocí en la Saint V., con la que mantuve una breve relación por Messenger hasta que conseguí quedar con ella cuando a ambos nos vino bien, o lo que es lo mismo, cuando no tuve nada mejor que hacer. El caso es que después de cuatro horas de intensa relación de pareja, en un bar, no vayáis a pensar mal, que dicho sea de paso, once euros por dos cervezas que no saben a cerveza, sino a zumo de frutas del bosque, es un atraco en toda regla (un, deux, trois, l’argent ou la vie), no la he vuelto a ver. Ella quiso quedar conmigo. Me enviaba decenas de SMS a la semana, como si los mensajes a ella no se los cobrasen, el caso es que a mí sí, y sólo respondía a unos pocos elegidos. El último fin de semana antes de volver, me exhortó a quedar conmigo. Le dije que no podía. En su siguiente mensaje me preguntaba si: mierda, ¿te gusto o no? (merde, je te plais ou pas?). Diablos, tampoco respondí y me vine a España, refugio de todas las canalladas desde que se la jugaron a Viriato hasta que se la jugaron a Julián Muñoz. En realidad no me apetecía. ¿A quién le apetece quedar con una pelma que te llama su guapo español, su col (verídico) después de un par de vinos y un puñado de besos? Vale que seamos exóticos, pero no necesito casarme para conseguir los papeles, que yo ya estoy en la Unión Europea. El caso es que hoy, cuatro de enero de dos mil siete, he recibido un mensaje de la susodicha indígena belga instándome a quedar juntos y resolver este asunto como adultos. Mal vamos. Con la cara de crío que yo tengo…
- Carlos dice: He recibido tu mensaje, estoy todavía en España
- Nick extralargo que reduciré a Laetitia dice: Hola
- Laetitia dice: Lo sé. Y entonces?
- Carlos dice: No sé por qué estás interesada en que nos veamos, de verdad que no lo sé
- Laetitia dice: Bah, cuando se tiene una cita, y se habla desde hace semanas, y entonces se deja todo al aire, es algo normal querer explicaciones. Simplemente ¿qué querías?. Tu has pasado desde el principio de mi cara, eso es lo que pasa
- Carlos dice: ¿Que hablamos desde hace semanas? No habíamos hablado mucho, nos vimos una sola vez, y me hablabas como si estuviéramos juntos desde hace un siglo. No te conozco, no me conoces, y no es grave si no podemos vernos enseguida.
- Carlos dice: y sin embargo estabas verdaderamente enfadada. No sé por qué, y creo que no debía de darte tantas explicaciones por una cosa así. Y un comienzo así para mí no está bien.
- Laetitia dice: Puede ser que en España sea habitual invitar a beber un vaso a una chica, pero en Bélgica no actuamos así cuando la chica no nos gusta. Joder, no te creo, por haberme dicho que querías verme antes y después de tu viaje a España, si ibas a pasar de mí, entonces ¿por qué pierdes el tiempo conmigo antes de viaje?
- Carlos dice: No se puede decir que fuéramos amigos tampoco. Joder, ¿en Bélgica os convertís en amigos tras cuatro horas?
- Laetitia dice: Joder, en España, ¿te besas toda una velada con una chica, le prometes volver a verla y luego pasas de ella? ¿No soy suficiente para ti o qué?.
- Carlos dice: En absoluto, pero no me gusta verme obligado a dar tantas explicaciones si estoy desbordado de trabajo una semana, o no importa por qué motivo. Sobre todo si no estamos juntos.
- Laetitia dice: ¿Puede ser que yo pensase que íbamos a salir juntos dando por hecho que me habías invitado, en varias conversaciones, de hecho, y porque la velada se pasó superbien? En todo caso, para mí, no parecía sólo a una simple amistad, lo siento.
- Carlos dice: ¡¡Pero si todavía no nos conocemos Laetitia!! ¿Te besan y te enamoras?
- Laetitia dice: Es complicado ser sincero… dime si es el caso por qué no quieres salir conmigo ¿Tienes novia? ¿No te gusto?
- Carlos dice: A mí me hace falta más tiempo, no tan deprisa: no existen los flechazos
- Laetitia dice: No tiene nada que ver. Se trata de no actuar así, no es como si nos hubiéramos besado después de una TD y basta… No te estaba pidiendo que me dijeras que te quería.
- Carlos dice: Casi, pensaba
- Laetitia dice: Es sólo que cuando se está soltero y te gusta alguien y es recíproco, que hay buen ambiente, se tiene ganas de volver a ver a esa persona y de intentar algo más ¿no?
- Carlos dice: Sí, pero no se le presiona, me sentí así, y eso tiene el efecto contrario
- Laetitia dice: Entonces lo siento, no quería meterte miedo. Podías habérmelo dicho, yo sólo quería que fueran honestos conmigo.
- Carlos dice: No me dejas muchas opciones con tus mensajes imperativos: "¡dame una hora para verte joder!"
- Laetitia dice: Entonces dime claramente lo que quieres. Yo no voy a correr detrás. Me gustas enormemente, al menos me gustabas enormemente, depende de ti si quieres una segunda oportunidad. De ti depende si quieres dejarme partir, porque está claro que hay muchos otros tíos. Y los mensajes imperativos eran porque quería verte antes de que te fueras a España. Además pensaba que tú también querías (al menos es lo que me habías dicho).
- Carlos dice: Claro, pero entre semana debía hacer muchas cosas, además de que quería ver a las personas con las que he pasado los tres meses.
- Laetitia dice: Yo no quería que nos volviéramos a ver y que fueras mío y no vieras a nadie más, yo también tengo independencia y entiendo que los otros la quieran también. Sinceramente, si te pones en mi lugar entenderás que la forma en que has actuado no está bien.
- Carlos dice: No me gustó mi situación, y no me gustaría encontrarme de nuevo en algo parecido contigo. No es tu culpa, por supuesto que no, pero no nos hemos entendido bien desde el principio, y no estoy cómodo con un comienzo así. Prefiero dejarlo así.
- Laetitia dice: No me digas que no tenías al menos una hora para dedicarme… Tanto peor para ti entonces, pero no tienes necesidad de buscar excusas vacías porque no quieras comprometerte y basta. De todos modos no entiendo por qué has perdido el tiempo conmigo. Por esto y porque lo pasábamos bien…
- Carlos dice: Gracias por tu comprensión, con algunas frases sé que no lo estoy haciendo
- Laetitia dice: Espero que el ‘gracias’ sea irónico. En todo caso, un consejo, en el futuro no digas cosas que no piensas. Al menos si tienes un mínimo de corazón.
- Carlos dice: ¿Ah sí? ¿Cómo qué? No he dicho nada falso
- Laetitia dice: Bah, que querías volver a verme, que te faltaba antes de nuestra cita, y que querías verme antes y después de ir a España, por ejemplo. De todos modos parece ser muy difícil acertar contigo.
- Carlos dice: Claro que antes de quedar me apetecía volver a verte, y que cuando quedamos lo pasé bien, pero estuviste varios días siendo un poco cargante conmigo, y con todo lo que tenía que hacer me supo mal.
- Laetitia dice: Además, figúrate, que yo había salido de una historia de amor en la que sufrí mucho, y quería tomarme más tiempo contigo. Es cierto que te envié muchos mensajes, pero es normal, pues no entendía y quería que me explicases qué pasaba para no vernos. Con que me hubieras dicho que estabas ocupado y que nos veríamos a la vuelta de tu viaje me habría bastado. Es más, de un día para otro dejo de tener noticias tuyas por Sms o Messenger ¡es normal que no entienda lo que había pasado! Además, me has dicho que no nos conocíamos bien (lógico porque era el comienzo) pero no te importaba que hubiera ido a dormir a tu casa el sábado por la noche.
- Carlos dice: No estaba en casa, y lo sabías, que estaba haciendo un trabajo, y tú no parabas de enviarme mensajes, de los cuales respondí a varios, porque mi dinero no es infinito como para gastarlo en el móvil. Pero de verdad, déjalo, Laetitia, que eso no es lo importante. Y lo último no tiene nada que ver.
- Laetitia dice: ¿Ah no?
- Carlos dice: ¿Crees que sólo me he acostado con chicas de las que estaba enamorado? ¿Y que ellas estaban enamoradas de mí? Te equivocas señorita…
- Laetitia dice: Ok… No he dicho eso. Tu haces con tu cuerpo lo que quieras, y ellas también…
- Carlos dice: Por supuesto, gracias por darme permiso, y a ellas también
- Laetitia dice: Me pregunto, por el contrario, si has estado enamorado solamente alguna vez
- Carlos dice: ¿Sin acostarse? Sí, pero sólo hasta los 17 años. Después, si hubo amor estuvo acompañado de sexo (felizmente). Por el contrario, si hubo sexo, no siempre hubo amor. De hecho, podría decir hoy en día, que no concibo un amor sin sexo. Puede ser, para Dios y los monjes...
- Laetitia dice: Bien, bueno, entonces lo tengo claro, tenías ganas de pasar de la jeta de una belga. ¡Felicitaciones! Lo has conseguido. Está claro que sólo querías divertirte. Es una pena que no nos hayamos entendido: yo quiero algo más que un polvo de una noche.
- Carlos dice: Meses antes quería las dos cosas, me creas o no. Y hoy en día lo que más me entusiasma no es un polvo de una noche con una desconocida. Siento haberte hecho creer otra cosa de lo que ha sido
- Laetitia dice: ¿Qué quieres decir con eso?
- Carlos dice: Que no nos besaremos más, Laetitia
- Laetitia dice: Bueno, continúa a ligar con chicas para hacerlas esperar, y luego dejarlas, si eso te gusta. De todos modos está claro ¡¡que no valgo la pena para ti!! No pienso sin embargo sentirme como una imbécil, fea, débil y poco interesante
- Carlos dice: Gracias, pero nunca diría una cosa así de ti, incluso aunque no hayamos sabido ponernos de acuerdo
- Laetitia dice: Gracias a ti por hacerme perder el tiempo. Eres el que ha creado los problemas, porque no los había
- Carlos dice: De acuerdo, toda la culpa es mía, ok. Feliz año nuevo
- Laetitia dice: No necesito tu feliz año nuevo, y repito que lo has cagado todo.
- Laetitia dice: Entonces, grosso modo, ¿lo dejas todo porque piensas que he limitado tu libertad?
- Carlos dice: Lo siento, tengo que irme a hacer compras de Navidad. Hasta luego señorita""
Cierto, hoy no es cuatro de enero, hoy es ocho, y he tenido un día no demasiado bueno. Guardé esto para un día en el que tuviera un sentido del humor enfermo, incluso cruel. Me burlo del amor, de una persona, de su intimidad, de su amor. ¿Y qué?. Me burlo también al hacerlo del mío y del tuyo, de las relaciones, de la verdad, de la mentira. Sin ficción, ¿es eso cruel?. Es lo que hay, lo que ocurre, a mí, puede, o a ti, quién sabe. Pero es lo que hay. Hoy me las han dado bien. Esta es mi venganza, y me la tomo como me da la gana.