domingo, 20 de septiembre de 2009

El día en que una cuerda fue mi bergantín


¡La vida pirata es la vida mejor!
(Coro) ¡La vida pirata es la vida mejor!
¡Sin trabajar!
(Coro)¡Sin trabajar!
¡Sin estudiar!
(Coro)¡Sin estudiar!
¡Cooon la botella de ron!
(Coro)¡Cooon la botella de ron!
¡Aquella muchacha que va por ahí!
(Coro)¡Aquella muchacha que va por ahí!
¡Que buena que está!
(Coro)¡Que buena que está!
¡Me la voy a tirar!
(Coro)¡Me la voy a tirar!
¡Cooon la botella de ron!
(Coro)¡Cooon la botella de ron!


Así anduvimos cantando unas dos horas por Madrid, con un pañuelo pirata en la cabeza, un globo con forma de sable y toda la tripulación rodeada por un cordel fosforito que hacía las veces de barco. Ayer era la noche en blanco, como en otras muchas ciudades de Europa, y las calles estaban llenas de actividades y, por extensión, de gente. Lo nuestro no tenía nada que ver con aquello. Era el cumpleaños de Javi.


Divididos en dos grupos, tras una introducción por parte de los capitanes piratas, ambas tripulaciones debían completar una serie de pruebas en su recorrido:


La primera: hacer ondear una bandera pirata en la puerta de Alcalá.

La segunda: cada miembro de la tripulación debía conseguir retratrase con un guiri en Puerta del Sol.

La tercera: conseguir un botín, sin usar la fuerza, de cinco navegantes de la calle Preciados.

Llegados a la Plaza de España, el objetivo era reclutar a cinco piratas más, para lo cual debían aprenderse y cantar la canción del pirata.

La prueba final, aprovisionarse de ron suficiente para disfrutarlos en el refugio, algo más al Norte de Islas Filipinas.

Además, en caso de encuentro con el barco enemigo, nuestro deber era abordarlo, aunque el resultado solamente fuera armar mucho jaleo. Todos dentro del cordel resulta, además, un espectáculo.

Si antes de ir me dicen que vamos a hacer esto, lo reconozco, va Rita, y a lo mejor un corte de mangas. Antes de salir siquiera del Retiro, nos cruzamos con la panda de la choni Jessica que nos dijo despectivamente "ay, míralos, qué divertido, de pirata, qué guay ¿eh?". Le jodimos las fotos en la Puerta de Alcalá a una pareja de novios: no veo cómo quedaría en el álbum de boda una foto color sepia (si sepia es un color) con Rodri y Puri, mirándose acaramelados, y al fondo 15 chumachos berreando con globo-sables rojos y azules. Uno jevatas nos dieron los cinco objetos del botín (juro que estuvieron a punto de darnos una pulsera con tachuelas). Los adolescentes mamados que conseguimos que cantaran con nosotros, se despidieron con un "que vivan los scouts". Acojonante. Cantamos en el metro, en Puerta del Sol, en Preciados, Callao, Gran Vía, Plaza de España y en el autobús. Era el día menos propicio para encontrarse con un conocido, pues te ves obligado a jurarle que esos no son tus amigos, pero a explicarle también que, mucho mejor, al único que conoces es al que lleva pañuelo, peluca, los ojos pintados y un sable de plástico.

lunes, 14 de septiembre de 2009

A por leprechauns!!


¡¡Ya tengo billete para ir a cazar leprechauns!!
(Aunque parece más fácil cazar gamusinos):

martes, 8 de septiembre de 2009

Si es bueno, yo juego

Hoy hace exactamente un año que empecé en mi actual trabajo, y el día 3 lo hizo desde que me instalé en mi piso en Madrid. También estuve aquí durante el mes de julio, pero como el curro duró más bien poco y como estuve en casa de Carla, cuento desde el día 3 de septiembre como mi instalación definitiva, y el 8, como el inicio de algo nuevo.

La gente todavía me sigue preguntando si tengo que ir con traje al trabajo ¿Es esa gilipollez lo más importante que se les ocurre preguntar? ¿Aporta eso algún tipo de información sobre el puesto, sobre mí tal vez?

Afortunadamente, sigue teniendo muchas cosas nuevas. En el día de hoy, como mi secreto regalo de aniversario, he tenido una reunión interna, con personal de otros departamentos, para sacar un papel con la posición común del grupo SANTA GRULA, en relación con una consulta de la Comisión Europea. Hoy era el último día de plazo para enviar el documento y era la reunión definitiva, con cuatro borradores anteriormente modificados. Una compañera y yo estuvimos redactando los borradores y coordinando las respuestas de otros departamentos, construyendo poco a poco una versión consolidada. A ella le había tocado hoy ir a Bruselas, mi otra compañera tenía bastante trabajo y mi jefa, a pesar de estar desbordada, ha bajado conmigo a la reunión, aunque principalmente como figurante, ya que no había podido leer apenas nada de lo que íbamos a tratar.

No sé si se me ve en la cara, pero creo que la gente piensa que llevo menos de un año (¡¡ya no!!), o que soy el becario. Me ha ocurrido durante un debate que cuando he intentado comenzar a hablar, otro ha levantado la voz mucho más alto y más rápido, obligándome a parar y a esperar otro turno. Al menos, cuando he podido hablar sin interrupciones mis comentarios han sido todos aprobados para satisfacción de mi jefa, que ha tenido que dejarme solo tras una llamada de su jefe y me ha pedido que me encargase de sacar el papel. Con su salida de escena, los presentes han de confiar en que un completo desconocido consolide el documento, y no todos parecían muy solícitos.

Han contactado con SANTA GRULA Francia, y nos han dictado un par de frases, en francés. Uno de los presentes me ha dicho que luego me pasaba la frase por correo. Olé, arsa, le he dicho que había tomado buena nota de ello, pero que para confirmarlo se lo leía, y se lo he leído. Bualá, mon fgansé. El tío me escuchaba con una sonrisa de oreja a oreja y yo me imaginaba a mí mismo haciendo la V con los dedos, aplaudido por una multitud de becarios.

Al finalizar la reunión, tras leerles la recapitulación de las últimas modificaciones y aceptarlas, uno de los presentes, jefe de algo, jefe de alguien, me ha dicho que el texto en inglés tenía muchos fallos de redacción, que me iba a mandar el último borrador con correcciones. El muy capullo lo ha dicho mientras nos enseñaba a todos una hoja a doble página y con los fallos marcados en rojo. Le he dado las gracias, qué podía hacer, y le he dicho que cualquier tipo de corrección siempre es bien recibida. Sobre ese papel han trabajado varias personas, y aparecen párrafos enteros míos, de mi compañera, y de tres personas más, pero soy yo al que le está haciendo quedar mal públicamente: Nostradamus, cabrón, me he quedado con tu cara.

Mañana llevare pasteles para celebrarlo, ya que mi compañera estaba hoy en Bruselas, y ella y mi jefa han sido mis pilares durante todo un largo año. Aun con todo, todavía me quedan muchas cosas que aprender.

Veremos este año.