martes, 17 de julio de 2007

Domingo estival

Habitaciones vacías preparadas para el encuentro de nuevos inquilinos.

Hay que devolver lo que cogimos prestado.

Aunque sean toda clase de trastos inútiles

Disfrutar del buen tiempo como turistas. Lo somos en el momento de ser conscientes de la fecha en que la estancia se acaba.

Turistas.

Descubriendo nuevos lugares.

Tomando las últimas cervezas.




Recordando los diez meses que se han ido, augurando planes para visitarnos unos a otros, sin saber cuánto tiempo pasará hasta que esos planes se desvanezcan en nuestra cotidianeidad. ¿Cuánto tiempo se tarda en olvidar, en dejar de desear, en dejar de anhelar la compañía de alguien? Sin embargo, Bruselas estará permanentemente ligada a todas esas personas. Cada rincón, cada casa conocida, sólo con evocar su nombre, Bruselas, se poblará de fantasmas que una vez, ya pasada, fueron realidad.
Y yo lo vi.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

puedo decir q os he visto casi partir a los dos y rafa estaba como un flan, espero q hoy, tu te lo tomes mejor!!!!un besin pedazo de feo!!!!

independiente dijo...

Yo estoy bien, gracias.
Cuando suba al avión pienso secuestrarlo y estrellarlo en la Grand Place.