viernes, 7 de diciembre de 2007

Apurando el limbo


Se acaba mi estancia en el limbo, ese período abstracto entre el depósito y la defensa del proyecto. Se supone que durante este tiempo debería haber buscado curro, retomado el inglés y haber viajado un poco. No es un trabajo propiamente dicho, pero tengo los próximos doce meses ocupados; lo del inglés, ejem, vi el otro día León el profesional en versión original, pero he decir que cuando me la puse creía que estaba doblada en francés; y los viajes se han reducido al finde a Jaca-Panticosa-Canfranc, qué novedad. Al menos hice un curso de ética en la empresa de tres semanas, bastante majo, aunque derivado de la fiesta fin de curso que hicimos ,acabé prometiendo que me apuntaría a clases de baile. Es de esa clase de cosas que cuando te las proponen respondes que ni borracho, pero tres gin tonic después dices que sí, que te apuntas a clases de salsa y de hula-hop si no coinciden en horario. Joder, cómo me pierde la boca, el alcohol y la boca. Y es que tengo una lista de compromisos verbales derivados del uso y abuso del alcohol similar a la de un político en campaña.

Hoy he comprado una botella de ron Barceló, aprovechando el regreso de Héctor el errante, y pensaba compartirla con él y con Álvaro el recién llegado, pero creo que tiene un lío de faldas o no sé qué. En la caja anunciaban que de regalo venían seis vasos de fiesta, que luego han resultado ser seis simples vasos grandes de plástico. Sin lugar a duda como reclamo para hacer botellada (que no botellón, que es palabra de otras tierras, y uno de estos días alguien debería escribir a los periódico locales para corregirles el término) porque nadie necesita vasos de plástico para beber en una casa, donde el vidrio y el hielo no deberían escasear jamás (propuesto como nuevo Art. 56 de la Constitución, Título I, de los derechos y deberes fundamentales, ahora que está de moda cambiar estas cosas, seamos prácticos).

Ayer fui con una amiga al XII Festival Nacional de Jóvenes Realizadores Ciudad de Zaragoza, a ver uno de los pases de vídeo que concursan. 8 vídeos, alrededor de hora y media y entrada libre, y sin embargo medio aforo del Centro Cultural estaba vacío. Descontando a la prensa, los realizadores, familia y amigos ¿cuántos de los presentes se consideraban no relacionados? Qué pena. La próxima vez que me queje de que la oferta cultural de esta ciudad es menor que en otras debería pensar que quizás hay mil cosas mal o no publicitadas. No me creo que seamos tan dejados conscientemente. O eso quiero pensar.

De los vídeos me quedo con el más breve, de tres minutos, que me fascinó por el regusto que me dejó tras verlo. Idea y vídeo me gustaron. Cinco puntos y mucha suerte, a ver si ganan algo más que amigos, para variar. Además, creo que a alguna que conozco le habría molado el protagonista, el de la gorra que sale en el link del festival, y que era también uno de los creadores. La única pega es que fui sin cenar, y me hubiera comido la cabeza del tipo de delante, realizador y concursante, por cierto, así que el campero con hamburguesa de después cayó en cuestión de minutos.


El lunes a las 9h preguntaré al guardia de seguridad por M.T.G. y saldré del limbo. Pero hasta entonces, aún tengo tiempo para prometerle a Héctor por enésima vez que iré a Asturias en un futuro próximo. Sólo necesito un par de Barcelós, porque donde hay confianza… pues eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que como ha ido el fin del limbo y el comienzo del currillo????espero q bien!!!(tio tengo dos examens la proxima semana...))snifff un bis