Se dice Gos-fog, cretino

Cómo se nota que ya estamos en abril. De veras, marzo es mi mes negro donde los haya. Mensis horribilis.

Una sesión with my nice little Asian-Australian teacher por la mañana para abrir el apetito. Unas risas garantizadas, con el aliciente de que soy el mejor (number one de dos, pero number one al fin y al cabo).

Jornada lúdico festiva. Vale, mis compañeros están de convención en Valencia. Bueno, técnicamente hoy se recuperan de la moña de anoche, de las agujetas de la regata con los mismos barcos que compiten en la Copa de América y de las pantagruélicas comidas con compañeros de todo el país. ¿Y qué?. Yo he tenido media jornada con mi compañero, lo que supone una tarde libre sin ser viernes. La he malgastado, probablemente, pero lo importante es que PODÍA malgastarla. He visto una peli en divxonline, creo que de estreno el viernes pasado, y aun a pesar de que faltaban (o no se han cargado) los últimos tres minutos de película (creo que en los que el protagonista se reencuentra con la chica amada perdida por seguir sus convicciones personales) casi que mejor. Un final mucho más real y más digno para un tío que pasa de ser gerente de una discoteca de éxito en Nueva York, en los años setenta, a policía antimafia, porque a su padre, poli también, quieren matarlo unos narcotraficantes rusos muy duros. Joder, con lo que molaba el garito (que pertenecía a los mismos rusos que le dan pasaporte a su padre, por cierto). Si no paraban de poner Blondie ¡qué más da que la tía del guardarropía tome coca o peta zetas!.

Además, el jefe jefísimo ha estado en la oficina. Sin previo aviso y yo ataviado con mi preciosa chaqueta de espiga, un halo irresistible, con el que he conseguido avances diplomáticos bastante interesantes. Cuando deje de ser becario necesitaré varias novias y todas las amantes que me quieran. Que vista como está la crisis, no son tantas ni tan irresistibles como quisiera. En mi bolsa de ron Santa Teresa me aguardan cuatro ponencias del Congreso Transmission & Distribution Europe 2008, para disfrutar en secreto perversamente en mis ratos libres.

Dieciseis nuevos grupos anunciados para el Werchter, incluyendo Hot Chip, Slayer y Grinderman, el nuevo grupo de Nick Cave. Aún quedan siete por confirmar, y confío en que como el año pasado, salga alguno de última hora que valga los 190 euros de la entrada.

Al final de la tarde, tras un paseo en el flamante ¿nuevo? coche de Carlos, y habiéndole dado su ¡nuevo! álbum, "Cabaret 25", en conmemoración de su vigesimoquinto cumpleaños (16 de noviembre, just in time) he podido disfrutar de una degustación de cerveza en el Juan Sebastian Bar. Y no, ni era Nochevieja ni iba con Sonia, para variar. Erasmusland. Cinco cervezas, de quinto más bien, acompañadas de patatas, cacahuetes, queso y lomo, por 13 euros. Si no hubiera sido por el pelma español, amigo de Olga, la rusoalemana, dando la nota constantemente, hubiera sido una degustación instructiva. Ni cerveza de melocotón (si lleva melocotón, si sabe a melocotón, no es cerveza), ni de trigo, ni negra, ni de malta extrafuerte. La cerveza quinta y última, la belga trapense (no trapista, cretino) servida a medianoche ha sido el cierre. De la noche, y del día. Rochefort. Gos-fog, no roquefór, gordo cabrón, aprende que esto es una cerveza y no repitas que Jeinequen te gusta más si no quieres que te ponga ese trombón de sombrero.

Deberían quitarle las horas a marzo y repartilas en días como este.