jueves, 19 de junio de 2008

Apto


"Estimado Carlos,

tal como comentamos te remito este correo para confirmar tu contratación con Nombre de Empresa S.A. con fecha 14 de julio.

Comenzarás con un contrato de prácticas durante dos años con categoría de ingeniero, y tu contrato será indefinido a partir de ese momento. Tu retribución se revisará semestralmente comenzando con €€.€€€ Euros, y llegando a €€.€€€ Euros en el 4º semestre

Para tu contrato necesito tu número de Seguridad Social

Gracias y Saludos

Manuel C.
Director de Recursos Humanos"
Pues sí, como decía en la entrada anterior: Que las follen a todas. Es obvio que solicitar trabajo es un trámite necesario para obtener trabajo, parece lógico, y que tengo mucha suerte de haber podido seleccionar las ofertas con la tranquilidad de una beca en una gran empresa respaldándome: "Si no consigo esta plaza, no pasa absolutamente nada, mañana seguiré yendo a trabajar y a ganar experiencia". Pero cada viaje en el día de 8 horas en autobús para darme a conocer, repasar punto por punto mi currículum vitae, responder a preguntas del tipo "y tú, Carlos, dime, ¿a qué crees que huelen las nubes?", para marcharme con un "si pasas te llamaremos la semana que viene. Gracias por venir".

¿Gracias por venir? Joder, y tanto, de tan gracioso que empieza a ser chistoso. En todos los procesos a los que asistí, aunque es verdad que han sido afortunadamente muy pocos, la entrevista fue en un 95% calcada. Hubo un tío que escribió un libro que debió de ser un récord de ventas en la sección de RRHH porque todos han confeccionado la misma, pero es que exactamente la misma maldita aburrida e infame entrevista. Y tú te ves ahí, cordial y en plan conciliador, pensando que esa tipa va a hacer un informe en el que quizás diga que el traje te queda grande o no vas bien peinado, y que como no te dejen hablar con alguien más competente, al que le puedas demostrar que vales para el puesto que has solicitado, y que pueda evaluarlo, esta miembra te va a costar 25 euros de viaje + 15 de comida + un par de euros de metro. Y claro, es francamente importante que te describas en el trabajo, que digas cómo te ves en el futuro, y no valen bromas y decir que más viejo, que es lo que te apetece decirle, porque no pasas. Y al final sonríes, le das la mano y acabas por mentir y decirle que ocho horas en autobús no es nada, que a ti lo que te más te gusta es el perder el tiempo y el dinero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uy creo q últimamente no me metia mucho,o es q últimamente escribes demasiado!!!esto hay q celebrarlo no???bueno pedorro un besito y q vaya bonito

María dijo...

mmm a ver cuándo coincidimos y me cuentas!

un besote!