El martes 23 de enero me repetían un examen porque me equivoqué de fecha. El profesor me hizo ir a la organización ecologista en la que trabaja. El señor H. me dio un par de revistas de energías renovables en español y me dijo que fuera leyéndolas antes de preguntarme nada, y así podría responder sobre la realidad energética por medio de energías renovables en España. El caso es que empezó a preguntarme sobre el temario de la asignatura. Datos y descripciones de Europa, Bélgica, la región valona y tecnologías actuales. Cuando miró el reloj llevábamos 40 minutos hablando, cuando el examen oficial era de 25 minutos. Gratamente sorprendido, entre otras cosas por hablar de cosas que, según él, no tendría por qué saber, ya no pudo preguntarme nada sobre los artículos de las revistas porque habíamos sobrepasado el tiempo. Me dijo que había hecho un examen excelente, y que merecía 19 sobre 20, pero me preguntó si me parecía justo que sólo me pusiera 17/20 debido a que no había acudido a la cita oficial. ¿17/20? ¿Que si me parece mal por un examen que no había hecho? Está de coña, pues claro que me lo quedo, sin protestar y dando mil gracias. Al menos acabé con un buen examen, y sobre todo teniendo en cuenta que no debería haberlo aprobado. Al fin un examen del que sentirse orgulloso...
jueves, 1 de febrero de 2007
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