lunes, 29 de enero de 2007

Fin de exámenes (IV)


Lunes 22, 8:00AM, Conducción de redes eléctricas. El mismo profesor que la primera vez, pero con la desagradable primera experiencia en la memoria de ambos. Fue otra hora de suplicio, con los apuntes delante, un libro inglés fotocopiado, lleno de notas de mi puño y letra (más bien mi puño, que hay que ver que letra tengo) en inglés, francés y español. No estuvo simpático ni sonriente como la primera vez. Esta vez estaba serio, para animar. En serio, temo a este tipo y sus exámenes. Sé perfectamente que la respuesta que busco a su pregunta, la maldita fórmula que expresa matemáticamente lo que acabo de decir, está aquí, en esta página. Dos minutos en silencio, mirándola pero sin verla, y el sudor corriendo por mi cuello, consciente de que me mira serio frente a mí y me juzga un inepto. Me señala con el dedo la primera línea de la página, de las pocas que tengo subrayadas con fluorescente, y me dice que esa es la respuesta. Ese fue el momento culmen de mi examen, es verdad, pero el resto no fue mucho mejor. En España, con los benditos exámenes escritos, si un profesor vigilante se situa junto a mí, a observar lo que escribo, me detengo automáticamente, irritado por sacarme de mi concentración y venir a juzgar, inoportuno, lo que voy a entregarle al acabar el examen. Aquí es imposible parar, porque te quedas sin examen, así de simple. Es un sistema que personalmente me enerva, pero no me queda otra. Me dice que pare, que ya llevamos una hora y hemos tocado muy pocos temas, en definitiva que no he hecho un buen examen. Le digo que lo sé perfectamente, y me contengo la lengua esperando que ose decirme que no he estudiado, porque ese camino no se lo voy a dejar tomar, sea mi supervisor o el dueño del universo. No dice nada, aunque está claro que lo piensa, pero no puedo defenderme de lo que no me acusa. Continúa diciendo que hice un buen trabajo para la asignatura, el que entregamos Maguila el Gorila y yo, 17/20, la segunda mejor nota de la clase, y que por eso va a ponerme 12/20 pero, repite, no he hecho un buen examen.


A continuación, esta misma mañana, me espera el examen de prácticas que ha de mediar con lo que hice el primer lunes 8 con este caballero. Me siento y los asistentes de laboratorio me dan a elegir entre tres exámenes al azar. Me dejan veinte minutos para prepararlo antes de pasar con el asistente de turno a recitarle la lección. Saco los guiones de prácticas sobre la mesa y comienzo a transcribir de mi propio guión la explicación que di a tal fenómeno eléctrico. Se acerca uno de los tres profesores y me dice con una gran sonrisa que el examen es sin nuestros guiones. ¿Ah no? Vuelvo medio cuerpo para mirar al delegado del curso que está sentado detrás de mí (¡que sólo somos seis alumnos en este curso!) que levanta la cabeza sonriente y excusándose, porque antes de Navidad pensaban que era con los guiones, pero que se había olvidado de decirme la semana pasada que no, que era sin apuntes. ¿Cómo voy a resolver esto si no me sé las putas fórmulas?. En fin, céntrate que no te dan mucho tiempo. Ya se comerá este de detrás sus propios guiones cuando salgamos de aquí.


El asistente que me examina es realmente un tipo amable. Me pregunta si de verdad no sabía que el examen era sin guiones y dice que tendrá en cuenta que así lo pensara. Le explico las cuestiones de palabra y le enseño cómo recuerdo que era la ecuación para calcular los subarmónicos fundamentales de una onda, a partir de un desarrollo en series de Fourier, etc, etc. El corrige mis fallos en las fórmulas e intenta ayudarme a resolver la ecuación de un filtro RLC. Maldita electrónica, la aprobé el lunes pasado y aquí viene de nuevo a reirse de mí. Me dice que sin las fórmulas el examen no da para todo lo que debería haber dado, pero que si quiero puedo dejarlo así o coger otra hoja de preguntas de examen, resolverla y mediar entre las dos. Uf, qué tentación, si saco la de la primera parte le bordo el examen sin necesidad de tener nada, si en cambio saco la hoja de la tercera sesión de prácticas me van destrozar vivo. Mejor regular que jugármela a doble o nada.


Esa misma tarde recibo dos correos. Uno, la media entre prácticas y examen del lunes 7 es de 12/20, la más baja de la clase con cinco puntos de diferencia del siguiente. Dos, mañana a las 15:00 me recibirá el señor H. en el despacho de su empresa para hacer el examen que perdí la semana pasada. Las sirenas han acudido en mi ayuda, y ya sólo me queda un día para acabar todo esto...

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