Empiezo a pensar que estoy siendo demasiado afortunado. Y cuando uno cae en la cuenta de que es demasiado algo, es probable que tarde o temprano la tendencia se pare o incluso que se invierta. ¿Que por qué me considero afortunado?
Por esto.
Hace unos meses me rechazaron en un proceso de selección de la compañía eléctrica. Pues ahora parece que vamos a tener relaciones de nuevo. Habida cuenta de que mi nueva plaza va a desarrollarse sobre los intereses del sector gasístico de la empresa, y de que la parte de gas de la otra compañía habrá de ser vendida por temas de competencia del mercado, sí que parece que el alcance de mi puesto podría aumentar. Y quien dice el alcance, dice también la posibilidad de pasarme a los mercados de electricidad en un futuro, de mayor movilidad en la empresa, etcétera. Demasiada suerte para no haber empezado aún a trabajar...
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