lunes, 16 de abril de 2007

Dinant








¡¡Gran excursión la de ayer a Dinant!!!

Me fui con Edu, un murciano, y Bertrand, un belga local que habla, entre otros muchos idiomas, el español a la perfección.

Alquilamos por 8 euros cada uno tres bicicletas cojonudas. Yo para lo de las distancias no soy un lince precisamente (para eso está el cuentakilómetros del coche, ¿no?), pero hicimos una excursión por los alrededores de Dinant de dos horas y media de pedaleo. Subimos por la orilla del Mosa hasta desviarnos por la orilla del Lesse, un afluente que se une al Mosa unos pocos kilómetros aguas arriba de la ciudad, y Edu y yo nos dimos un chapuzón. 28 grados y un sol de justicia el 15 de abril en Bélgica son para aprovecharlos. Entre que nos bañamos en calzoncillos, que éramos extranjeros, que gritamos como no lo hacen en ningun otro sitio de Europa, nos hicimos aguadillas y chapoteamos como críos... toda la peña del río se quedó con nosotros. Había en los alrededores algún tipo de concentración de motoristas, y joder, estadísticamente las novias de los motoristas están más buenas que las de ningún otro gremio profesional, deportivo o lúdico, además de que tienen predilección por las camisetas anudadas, los tops y las gafas de sol que les da un aire de malas. Mmmmm

Cruzamos el río por varias esclusas, zonas del bosque a través de caminos llenos de baches y barro (de ahí que la mountain bike sea una gran bici de alquiler) un largo campo de cebollas por un estrecho sendero, con zanja a la izquierda y zarzas a la derecha y, por supuesto, la ciudad de Dinant por ambas orillas. Así llevo hoy el culo por el sillín de la bici.

Nos montamos en un barco y dimos un paseo de dos horas por los alrededores, que después del recorrido en bici un poco de reposo siempre se agradece, incluyendo cervecita y patatas fritas a bordo. Mola como suben el barco con las esclusas del río entre dos niveles de altura. La ingeniería, siempre sorprendente.

Fuimos al fuerte que domina la ciudad de Dinant desde el acantilado natural del río. Por 6,5 la entrada, los muñecos ya podrían cambiarlos, que tienen 40 años y algunos "soldados" tenían barba de telarañas (literal) o las botas de cuero podridas. Lo mejor, sin duda, las vistas de la ciudad. Hasta el puente de la autopista París-Francfurt quedaba imponente a lo lejos. Bajar, lo hicimos por las escaleras, pero subir, por el teleférico, que para eso está.

A las siete, aún con sol, nos compramos una galleta típica de la ciudad, couque de Dinant, que podría usarse como yunque de lo dura que está, y nos tomamos una cerveza en una terracita junto a la preciosa Iglesia y el río.

Un magnífico día y una bonita excursión

4 comentarios:

Bob dijo...

Que pinta mas de puta madre tiene la excursion a Dinant. Y de lo mas completita. Sigue disfrutando y que la ultima parte del curro no se te haga muy dura.

Por aqui todo de cogna. Y he puesto novedades en el blog para que no te aburras en el curro.

Anónimo dijo...

De lujo!! vaya excursión más guapa, con lo que hecho yo de menos mis campamentos!! bueno nos vemos pronto eh? dentro de poco te escribo con el planning seguro. Un besico!

Anónimo dijo...

Dios!!
echo de menos con h!!!! donde se ha visto eso hace daño a la vista!! aaaaaaaaaaah!!

independiente dijo...

Pues oye, vosotrod venis con furgoneta, si ves las fotos y os gusta es un sitio bonito para ir, aunque en tren es un viaje supercomodo de 1h40 minutos, y una vez alli no hace falta coche.
Estos dias voy a tener que volver a barrer y dejar de dar de comer a los acaros para que no os devoren el viernes...