No podía ser de otra manera, y el cambio del nombre del blog era fundamental e inevitable. Ni Independiente, Ni En Bruselas estaba abocado a morir con el siguiente viaje, el de salida de casa. Independiente En Madrid, continuación esperanzada de la salida de mi ciudad natal y el comienzo de una vida profesional. Quién sabe por cuánto tiempo.
Un nuevo medio verano se abre ante mí, que no es poco.
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