viernes, 26 de enero de 2007

Fin de exámenes (II)


El siguiente examen fue el lunes 15, Electrónica de Potencia. Tuve el miércoles 9 un examen escrito del curso de francés, pero no fue nada serio comparado con los exámenes de las asignaturas.

La mitad del examen era realizar una presentación de 15 minutos sobre cualquier tema relacionado con la asignatura, sobre electrónica de potencia. La verdad, pensaba yo, que es un chollo, muy mal hay que hacer el examen de después para no aprobar esto. Los otros diez puntos sobre veinte consisten en una pregunta que formula el profesor, para la cual te deja preparar la respuesta durante 15-20 minutos, mientras ve la presentación de otro alumno, tras la cual escucha tu respuesta.

La presentación fue más o menos bien. No fue para nada original, y seguía de cerca uno de los capítulos del temario, con analogías a cosas vistas en mecánica para darle un aire novedoso (que no nos engañemos, no lo tenía). Me dijo que estaba bien, me formuló una pregunta sobre el nuevo campo de estudio de materiales semiconductores, algo que, para variar, no sé por qué supone que debería de saber. Me salí por la tangente, le hablé de la espintrónica, la electrónica subatómica del futuro, y que me echen un galgo. El me contestó después lo que hubiera querido oir, pero al menos dije algo que es real a largo plazo.

El turno de la pregunta. Vamos a ver muchacho. 335 páginas en PDF como la de la fotografía, con gráficas, frecuentes fórmulas ingobernables, ideas de un mundo físico invisible e intangible, lleno de variables de estado e hipótesis matemáticas. Además de cuatro guiones de prácticas de las seis que hubo. Es cierto, me faltan dos, uno porque no fui al laboratorio para terminar un trabajo con el belga loco, y otro porque me fui a Gante cuando vino Héctor de visita. Total, para qué ir, si no piden guiones ni resultados, ni apuntan quién va o no.

¿Qué narices está dibujando este hombre? Eso es un circuito de un convertidor CC-CC. ¿Y eso que tiene que ver con lo visto en clase? Nada, ya os lo digo yo. No tiene absolutamente nada que ver con lo visto en clase. Por lo visto es un circuito visto en la práctica número 5, en la que yo disfrutaba de los monumentos de Gante. Resuélvelo chaval, que ahora regreso a oirte.

No puede ser. No puede pasarme. Es surrealista. Y con lo despistado que es este tipo ¿lo habrá hecho a idea? No, seguro que no, pero me está jodiendo pero bien. ¿Cómo narices funciona esto?. Joder, no tengo ni el guión del enunciado, ni una pista. Calma, saca un par de hojas, llórale, di que lo has intentado. Uf, ¿y qué pongo siquiera para que vea que he empezado?. Joder, ¿qué narices hay de los nueve temas de clase?. En esta Universidad no sabe resolver un problema ni el Tato, y aquí tengo uno para mí solito. ¿Cuánto tiempo habrá pasado ya? Se me calzan, de nuevo se me calzan. Yo no he venido aquí a perder el tiempo y el dinero, que para eso me alquilo Libertarias en el video club. Ya viene, no has hecho más que garabatos, reza lo que sepas, que es más difícil salvar este examen que poner una pica en Flandes.

No señor, lo siento, de verdad, no soy bueno resolviendo circuitos, la base de electrónica la aprobé hace cuatro años y no puedo recordarla sin haber hecho ningún circuito en tanto tiempo. Oh, sorpresa, me dice él. Y se disculpa, porque él me había formulado un circuito para ayudarme a mí, y aunque no hablase bien el francés, así podría mostrarle resultados. Es decir, me formulaba una pregunta eminentemente técnica para ayudarme a sacar más nota. ¿Por qué no me pones una maleta de coca en el aeropuerto a mi nombre para ayudarme? ¿Por qué no me preguntas algo del temario? ¡Aún estás a tiempo! Me propone ayudarme a resolver el circuito dándome pistas. En serio, estos tipos deben ser los inventores del Cluedo. Imposible. Cada par de bobinas y condensadores del circuito bailan alrededor del diodo Schottky soplando un matasuegras. El tipo, resignado, dice que la presentación que he hecho ha estado bien, que había comprendido muy bien el tema. Me pone un 11/20...

¿Alguien entiende algo? ¿Me ha aprobado? ¿Le doy pena? ¡Le doy pena! A pesar de la alegría inicial sigo molesto. Sí, es cierto, he aprobado algo que en España sería un suspenso, pero no deja de ser injusto sentirme como si me hubieran regalado algo que no merezco. Estudié, y mucho, esta asignatura, sobre todo después de la experiencia de la semana anterior, para jugártela toda gracias a una azarosa broma de la vida. Cada vez veo peor los exámenes orales precisamente por eso, por el factor suerte. Si hay algo que está claro es que en un examen escrito todos son evaluados respecto al mismo tema/problema, y a nadie le tocan temas más fáciles o difíciles. Puedes tener suerte de habértelos estudiado o no, pero todos jugarán igual. Bueno, bien es cierto que a final tengo un aprobado que necesitaba, así que gracias.

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