sábado, 17 de octubre de 2009
miércoles, 14 de octubre de 2009
Sustitutos
Noticias de última hora en la Dirección
Tras el reciente anuncio, a principio de septiembre, de que la última compañera en entrar ha solicitado una plaza vacante en una de las asociaciones europeas de las que la empresa es miembro, mi otra compañera me desvela sus inminentes intenciones para cambiar de departamento. Al parecer, mi jefa ha dado su aprobación, y también quien pretende acogerla en su equipo. El lunes deben decirle si RRHH inicia los trámites para el cambio.
Esto supondría que, en caso de que la última compañera pase la entrevista en Bruselas a finales de mes, y en caso de que RRHH acepte el proceso de cambio, me convertiría en el hombre más valioso de la unidad, mano a mano con mi jefa, y con el consiguiente poder de negociación para tratar unas deseables mejoras laborales (económicas, prioritariamente, ya que de horario no vivo nada mal).
Es muy probable que ambos procesos se lleven a cabo. Es lógico, por otro lado, que la situación de escasez en el equipo se dé por poco tiempo y, en un grupo recién fusionado del que de aquí a un año sobrará gente, solicitantes no deberían de faltar. No obstante, a pesar de que los posibles nuevos compañeros vengan de dentro de la casa, es la oportunidad para demostrar que algo más de un año de experiencia en el departamento vale más que cuatro años en la casa (como ya ocurrió con los cuatro años de la última en llegar frente a mis 8 meses, aunque fue debido, en gran parte, a la pertinaz incapacidad de la nueva).
Para añadirle emoción al tema, mientras mi unidad se desintegra, seguimos con el largo proceso de integración. Esto supone que empiezan a aparecer por aquí y por allá temas de electricidad, a nivel global, a nivel internacional. Alguno ha caído ya en nuestras manos y, frente a mi jefa, que observa como se acerca todo eso con declarado espanto, a mí se me hace el culo gaseosa. No solo tengo conocimientos algo más que rudimentarios, sino que me entusiasmaría formar parte de tales proyectos.
Sé, de un modo estrictamente confidencial, dónde me voy a sentar en el nuevo edificio. Me han dado, los simpáticos de medios internos, de un equipo de tres mesas, con paneles de separación de metro y medio de altura, la peor de todas: De espaldas y con la pantalla de cara a la puerta del despacho de mi jefa. Una de estas dos va a dejar la suya, tal vez antes de que nos mudemos, y ya tienen mi nombre.
martes, 13 de octubre de 2009
Martes y trece
El despertador del móvil ha sonado, como todos los laborables, a las 7:15. He tardado unos segundos en recordar que hoy tenía un día de vacaciones. Lo fijé en el día de hoy por si me animaba a bajar a Zaragoza en fiestas, para no coger la operación retorno del puente el día 12. He tenido que darme media vuelta, acomodar nuevamente el mullido edredón calentito y dormir una hora y cuarto más…
Fruta fresca y yogur de desayuno, una larga ducha de agua caliente, y a las nueve y media estaba listo y en camino del Museo Sorolla. Como hoy es martes, no había casi nadie en la casa, y podías moverte con total libertad, disfrutando del precioso estudio del pintor como si fuera de uno mismo. Estoy seguro de que en primavera los jardines de estilo andaluz e italiano son dignos de una visita. Una preciosidad por tan solo tres euros. Una vez más, he de hacer notar que el que no va a museos es porque no quiere.
De camino al metro, rodeado de edificios de oficinas, caminaba yo fumándome un pitillo, con cuatro pelos de sucio aspecto por no haberme afeitado en seis días, manos en los bolsillos de la cazadora, escuchando música. Me he cruzado con gente caminando apresurada, esperando taxis o bajando de ellos, fumando en puertas giratorias antes de volver a su mesa. Me he sentido como en Los lunes al sol, o lo que es lo mismo, un parado, solo que en martes.
He bajado hasta Lavapiés, a la Casa Encendida, para ver unas instalaciones de Thomas Hirschhorn que anunciaban en el periódico. Precio cero, no digo más. Si en el Museo Sorolla estaba casi solo, aquí no estábamos más que el segurata y yo. Es bastante lógico, ya que el suizo es menos conocido, y vista parte de su obra, menos amado. Instalaciones con maniquíes mutilados, torturados, travestidos; decorados con clavos, cinta aislante y espuma roja a modo de vísceras. Todo ello rodeado de fotos reales de formato medio, a todo color, de cuerpos desmembrados por la guerra o bien, si hace falta diferenciarlo, por cualquier otro crimen. He pasado la vista de reojo por ellas, incómodo, excepto por la primera, ya que me he la he tragado de sopetón, sin saber que aquello estaba allí. Era la foto de un hombre, he preferido pensar que un suicida, con la cabeza abierta como un higo maduro al caer al suelo, tomada de pie frente a la cabeza del tipo. El tipo estaba tumbado boca arriba, con lo que su rostro era totalmente reconocible, con una mueca torcida, boca y ojos abiertos. Como una mano semiabierta, la cara estaría situada en el dorso, y el resto de su cráneo, partido, a modo de dedos. Todo lo que contenía se desparramaba entre ellos, delante de los maniquís, y del espectador.
Tanta muerte y destrucción me ha abierto el apetito, así que he subido hasta Sol a tomarme un aperitivo: tinto de verano y tajada de bacalao en Casa Labra. Luego he ido a la Fnac y me he comprado tres discos, uno que ya tenía en el mp3, que me encanta, y dos nuevos a muy buen precio.
En casa, me he preparado arroz con setas y espárragos trigueros, y un par de chorizos que sobraron de la barbacoa que varios amigos hicimos ayer en la sierra. Como soy el que vive solo, me traje los chorizos y dos hamburguesas de ternera que sobraron, y que caerán entre la cena de hoy y la de mañana.
Me he echado una siesta de hora y cuarto, he visto una película que está en cartelera gracias al fantástico CineTube, con el consiguiente ahorro, y he estado leyendo hasta ahora con mis nuevos discos como música de fondo.
Como ya me habían advertido los astros, está siendo un martes y trece agotador.
domingo, 20 de septiembre de 2009
El día en que una cuerda fue mi bergantín
lunes, 14 de septiembre de 2009
martes, 8 de septiembre de 2009
Si es bueno, yo juego
La gente todavía me sigue preguntando si tengo que ir con traje al trabajo ¿Es esa gilipollez lo más importante que se les ocurre preguntar? ¿Aporta eso algún tipo de información sobre el puesto, sobre mí tal vez?
Afortunadamente, sigue teniendo muchas cosas nuevas. En el día de hoy, como mi secreto regalo de aniversario, he tenido una reunión interna, con personal de otros departamentos, para sacar un papel con la posición común del grupo SANTA GRULA, en relación con una consulta de la Comisión Europea. Hoy era el último día de plazo para enviar el documento y era la reunión definitiva, con cuatro borradores anteriormente modificados. Una compañera y yo estuvimos redactando los borradores y coordinando las respuestas de otros departamentos, construyendo poco a poco una versión consolidada. A ella le había tocado hoy ir a Bruselas, mi otra compañera tenía bastante trabajo y mi jefa, a pesar de estar desbordada, ha bajado conmigo a la reunión, aunque principalmente como figurante, ya que no había podido leer apenas nada de lo que íbamos a tratar.
No sé si se me ve en la cara, pero creo que la gente piensa que llevo menos de un año (¡¡ya no!!), o que soy el becario. Me ha ocurrido durante un debate que cuando he intentado comenzar a hablar, otro ha levantado la voz mucho más alto y más rápido, obligándome a parar y a esperar otro turno. Al menos, cuando he podido hablar sin interrupciones mis comentarios han sido todos aprobados para satisfacción de mi jefa, que ha tenido que dejarme solo tras una llamada de su jefe y me ha pedido que me encargase de sacar el papel. Con su salida de escena, los presentes han de confiar en que un completo desconocido consolide el documento, y no todos parecían muy solícitos.
Han contactado con SANTA GRULA Francia, y nos han dictado un par de frases, en francés. Uno de los presentes me ha dicho que luego me pasaba la frase por correo. Olé, arsa, le he dicho que había tomado buena nota de ello, pero que para confirmarlo se lo leía, y se lo he leído. Bualá, mon fgansé. El tío me escuchaba con una sonrisa de oreja a oreja y yo me imaginaba a mí mismo haciendo la V con los dedos, aplaudido por una multitud de becarios.
Al finalizar la reunión, tras leerles la recapitulación de las últimas modificaciones y aceptarlas, uno de los presentes, jefe de algo, jefe de alguien, me ha dicho que el texto en inglés tenía muchos fallos de redacción, que me iba a mandar el último borrador con correcciones. El muy capullo lo ha dicho mientras nos enseñaba a todos una hoja a doble página y con los fallos marcados en rojo. Le he dado las gracias, qué podía hacer, y le he dicho que cualquier tipo de corrección siempre es bien recibida. Sobre ese papel han trabajado varias personas, y aparecen párrafos enteros míos, de mi compañera, y de tres personas más, pero soy yo al que le está haciendo quedar mal públicamente: Nostradamus, cabrón, me he quedado con tu cara.
Mañana llevare pasteles para celebrarlo, ya que mi compañera estaba hoy en Bruselas, y ella y mi jefa han sido mis pilares durante todo un largo año. Aun con todo, todavía me quedan muchas cosas que aprender.
Veremos este año.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Canícula
La primera es el calor. Odio el calor. Haciéndolo extensivo, me atrevo a decir públicamente que no me gusta la playa, en general, refiriéndome sobre todo a esas playas abarrotadas, con grupos de adolescentes dando por saco, abuelas untándose crema, los chiringuitos con la radio, o con el que viene vendiendo latas, pulseras o conchas y caballitos de mar. Tampoco me apasionan las esculturas de arena con laca, al igual que las maquetas con cerillas o palillos: son la misma puta cosa, algo que te apetece romper delante del que lo ha hecho. Además está todo como una obra, manga por hombro, lleno de arena. La arena, hay dos tipos, la mala, llena de basura, palitos, piedritas, algas verdes y amarillas de tacto baboso, o algas negras y resecas. Hay colillas, a veces alguna medusa, algún resto de basura: no hago un castillo con esto ni con guantes. Y la arena buena, que engaña, porque es blanca y fina, y salvo la que está junto a la orilla, quema como brasas al pisarla descalzo. Lo que tienen en común, la arena buena y la mala, es que se te meten entre los dedos de los pies, en la raya del culo y en los… pura delicia.
En Madrid no hay playa, es cierto, pero hace un calor insoportable. El asfalto y las baldosas de la acera sueltan lametones de fuego. Yo, por mi parte, emano refrescantes regueros de sudor, que corren por mi nuca o por mis cejas. Al que en invierno te diga que está deseando que llegue el verano, por favor, tírale la copa a la cara, para que sepa cómo me siento yo en agosto. No pienso salir de casa si no ha empezado a anochecer.
La segunda, y esta la arrastro conmigo todo el año, es no tener mis discos aquí. Qué sí, que está Spotify, Youtube, Megaupload y lo que quieras, pero no me apetece descargarme los discos que tanto tiempo, dinero e ilusión me ha costado tener. Cada viaje a Zaragoza devuelvo alguno y me traigo otros, pero a los dos días pienso que tenía que haberme traído también éste o aquel. Ahora que evito salir de casa por las tardes (que no por las noches, que me tiene que dar el aire algún rato) me falta música. Siendo didáctico, eso es como que te falte cerveza. Tengo el ordenador lleno, pero eso es como tener cerveza caliente, no está mal, pero puede estar mejor.
sábado, 22 de agosto de 2009
Remember
Mi canción favorita es Eleanor Rigby. Estamos en 1966 y con esa canción besé a Kimberly en mi Pontiac GTO por primera vez. Creo que me casaré con ella.
Dejé plantada a Kimberly y a la niña para ir a Woodstock el verano pasado. Últimamente he estado siguiendo a los Guess Who de gira. Vendí el coche para pagarme unas pirulas y una farra orgiástica: Quiero morir antes de llegar a viejo:
En los 70 me enganché y me desenganché varias veces, así que ahora soy un chico sensible que escucha Wham!. 1984:
La música de 1986 es la mejor de toda la historia y no imagino cómo se pudo tocar antes ninguna otra cosa que no fuera esto:
En 1996, he decidido que me va Blur. Oasis son demasiado violentos para mí:
Y no entiendo muy bien por qué, pero en el 2000 me dejé llevar y me cayeron estas pintacas:
Aunque nada comparado con las que llevaba con mi grupo de rock en 1986
jueves, 20 de agosto de 2009
Werchter (II)
La verdad es que el Werchter (si a alguien sigue importándole, que para mí esto es como un flashback en color sepia y si sepia es un color) la verdad, decía, es que en cuanto a conciertos me pareció increíble. Entre lo más anecdótico, viendo el inicio del concierto de Coldplay, Rafa y yo nos confesamos mutuamente que Chris Martin nos da un poco de grima, puede que por envidia, tal vez, o puede que porque todo el mundo le ama, y está comprobado que esa gente nos repatea el higadillo, aunque creo que esto puede significar lo primero ¿envidia? El caso es que abandonamos el concierto que, posteriormente todos los españoles con los que fuimos coincidieron en que fue el mejor del festival, para ir a ver Lady Gaga a la carpa pequeña con un grupillo de conocidos. Con dos cojones. Rafa que quiere ver a Mastodon y yo a Oasis, en Lady Gaga. Gaga no sé, pero de Lady, vaya pintas de golfa. Nos lo pasamos como enanos, y resultó que conocíamos canciones y todo. Cómo no, Rafa volvió a incidir en que no sabemos bailar.
La otra anécdota: Conseguimos entrar en tropel a la zona de las primeras filas para ver Kings of Leon (después de Nick Cave: un conciertazo). Éste año, esa zona era un recinto vallado completamente, con control del número de personas, y para entrar había que esperar en una puerta lateral. Si conseguías entrar y la abandonabas, ya no se podía regresar. Cuando terminó Kings of Leon, la veintena de conocidos empezó a salir: quiero un birra, no conozco a lo siguientes y prefiero verlos más atrás, quiero ir al baño. Nos quedamos Rafa, su novia y yo. Nos habíamos jurado que yo iba con él a ver Kings of Leon en primera fila y él se quedaba en los siguientes conmigo: 2 many djs. La novia, que pertenecía al grupo que acababa de salir, necesitaba urgentemente ir a baño. Rafa tuvo entonces su dilema moral, y yo le dije que fuera con ella, que me quedaba solo, que ése era mi concierto. Rafa insistió en quedarse si era importante para mí, de verdad, que me quedo. La novia y yo nos mirábamos (ella se hacía pis y en aquel momento yo le habría meado en…) e insistí en que no me importaba verlo solo. Me quedé solo. Llegué a la valla de la primera fila, justo debajo de las mesas de mezclas del grupo. Quedaban 40 minutos de espera hasta el concierto, allí, como un abrazafarolas, más chuparme un concierto de electrónica en primera línea de fuego, first row, guy, tonight. Y qué concierto. Mmmm. Aquí llegó mi dilema. ¿Hago amigos aquí? ¿Bailo solo? ¿Me quedo sin bailar en 2 many djs? ¿Mato a los veinte que se han salido por perderse la primera fila del mejor concierto del festival? Me parecío que un grupo de flamencos que había a mi alrededor, mazados sin camiseta, apretujados, tenían los ojos golosos (o puede que ya se hubieran tomado algo). Estoy en la valla, PERO estoy SOLO en la valla. ¿Quién me asegura que mi integridad física no va a desintegrarse? En Madrid he engordado, pero eso no me hace ni más alto ni más fuerte. Venga, come on, vete a pedirte una Jupiler y a verlo desde la barrera, con tu gente, chaval, y que estos morlacos se maten por un tiro de M, shot of M.
El concierto (con sorpresa al final) :O
Rafa se quedó a mi lado, bailando, igual de mal que siempre, todo el concierto pero, secretamente, les habría quemado la tienda a todos por la noche. Ay…
lunes, 13 de julio de 2009
Werchter, primer día
El primer día del Werchter, hasta que instalas la tienda, cambias la pulsera, entras al recinto y te pides una cerveza, todo te hace plantearte ¿es necesario tanto sufrimiento estando de vacaciones?. Filas, filas y más filas bajo un sol horrible a más de treinta grados. ¿Esto es Bélgica o Castilla La Mancha?
El festival empezaba con Eagles of Death Metal, a quienes vi bajo la sombra de un árbol, ya que tocaban a las cuatro de la tarde, hacía un solazo castigador, y los había visto ya en la sala Caracol, en marzo, en primera fila. El tipo se llevó a su madre y a su hijo y no dejaba de gritar ¿ves mamá? me quieren, me quieren.
La primera noche tocaban Placebo, Oasis y Prodigy. Ni siquiera recuerdo quién tocaba en el escenario pequeño. Esta fue la única noche que creo que iba un poco ebrio. La batería de mi móvil desapareció aquí, como María y Carlos comprobaron en parte, y todavía ando esperando la factura de este mes para saber exactamente cómo me lo pasé de bien...
He de decir, ahora que Javi ya habrá vuelto del festival de Bilbao y no le chafo nada, que Placebo me decepcionó un poco. Dieron un concierto correcto, pero le faltó conectar con la gente. Tocaron como unos autómatas, thank you Belgium, pasar por caja y a casa.
Oasis en cambio fue, milagrosamente, un concierto de puta madre (expresión que encanta a los guiris). Había quien los había visto en Madrid (55 minutos) y en Estocolmo (1:05) este mismo año y contaban que iba a ser un compendio de canciones del último disco y clásicos alrededor de una hora. Sí, y un huevo. Champagne supernova, Wonderwall, Live forever, Don't look back in anger, Slide away y un final de concierto con I am the walrus de los Beatles. ¡Uf! Todavía se me ponen los pelos de punta.
Y luego salió Prodigy, con su "Take me to the hospital" en la parte trasera de su ordenador. En este festival, tres de mis últimos conciertos han sido de rock electrónico. Anda que no saben de tralla estos flamenquitos. La gente enloqueció: miles de machos alfa en celo agitando las extremidades amenazadoramete, con lo que nos mimetizamos con el entorno. Rafa hizo un acertado análisis del concierto y llegó a dos conclusiones: cree que el blanquito y el negro se conocieron en una biblioteca, y que él y yo somos los peores dancers del planeta.
lunes, 29 de junio de 2009
martes, 23 de junio de 2009
Semana de ceporros
Coincidimos el otro día en que tenemos casi tantas ganas de los tres días en Bruselas, en plan ceporro, como del festival. Rafa termina mañana el máster y yo no he tenido tantos días de fiesta seguidos desde Navidad, con lo que el plan va a consistir en movernos lo imprescindible, comer gofres y beber cerveza todo lo posible, además de revisitar todos lo garitos nocturnos del Erasmus. Además, conocida la afición de Hugo a la botánica, igual tenemos suerte y nos deleitamos con su cosecha. Los del 2008/2009 en plena depresión, haciéndo las maletas para volver a casa, contando las bajas que aumentan cada día que pasa, y nosotros más contentos que unas castañuelas, sacando Jupilers en el Pakis de Boondael con Boulevard Jacques, jugando a los dardos y al futbolín sin piernas en Montmatre, tomando caipirinhas en el Tavernier, tirados por la mañana en Bois de la Cambre y en los Étangs de Ixelles por la tarde, sentados en el Pantin, en el Café Belga, en el Ratabar, en el... De haber podido, habríamos planeado ir a Bulex, lo que hubiera sido cerrar el círculo. Prometo que haré una foto de nuestras viejas casas si pasamos por ellas (Javi, tuya sólo por la de Guille, que las otras estaban en Anderlecht). Creo, en definitiva, que el Atomium lo veremos desde el avión o no lo veremos.
Y el jueves al festival. Vamos, de nuevo, un montón de españoles. La entrada del festival incluye viaje en tren, para los extranjeros, desde cualquier estación de tren belga para ir al festival y volver los días de comienzo y final. En la SNCB han montado una plataforma electrónica para coger los billetes introduciendo un código que aparecía en cada entrada pero, y es un pero importante, los muy espabilados te piden que pongas la estación de origen y te envían un billete de ida y vuelta. Muy bien, si no fuera porque el jueves salimos desde Bruselas y el lunes 6 el avión lo cogemos desde Charleroi.
Llamé para preguntar qué se podía hacer y, no se me ocurrió pensarlo antes, en el norte, de tan cuadriculados que son, llegan a ser estúpidos. Me dijo la de atención al cliente que en la plataforma, con el código de la entrada, sólo podría coger un billete de ida y vuelta desde una estación, con lo que tendría que pagar el otro billete. Explicaré brevemente cómo funciona el viaje y qué se me ocurrió:
1. Para ir a Leuven (festival) desde Charleroi, hay que coger un tren hasta Bruselas, allí hacer transbordo, y coger un tren Bruselas-Charleroi.
2. Si, como para volver tengo que ir a Charleroi, cojo el billete de ida y vuelta desde Charleroi, el primer día del festival tendría un billete en mi poder con un trayecto largo
3. Si salgo desde Bruselas, casualmente la ciudad en la que hay que hacer transbordo, en el segundo tren Bruselas-Leuven del trayecto que une Charleroi-Leuven, nadie va a saber que nunca cogí el primer tren.
4. Se lo pregunté a la de atención al cliente.
Un error. Un grave error. Me dice que eso no se puede hacer, que no puedo coger un solo billete porque el día 2 salgo desde Bruselas y el día 6 llego a Charleroi, que son dos destinos distintos y que, por tanto, no puedo coger un billete de ida y vuelta que tenga origen y llegada distinta. Insisto en comentarle que, si no hay que cambiar el billete electrónico en taquilla, y tengo derecho a un trayecto largo, ¿qué es lo incorrecto si hago medio viaje teniendo un billete más largo? Es como si cojo un billete de tren Madrid-Sevilla, lo pago, y me bajo en Córdoba, pero a la inversa, montándome en Córdoba. Me dice que no, que no insista, que me lo ha explicado tres veces ya, y que si hago lo que propongo me arriesgo a una multa porque ESO NO SE PUEDE HACER.
¿Pero quién va a saber que no vengo desde Charleroi si justo el transbordo lo cojo en Bruselas? De repente me pone una musiquilla de espera indefinidamente. La muy zorra me ha dejado colgado, como si el insolente fuera yo. Maldita analfabeta incapaz de pensar. Me ha dejado todo jodido, porque me ha dejado por un imposible una tía que, no sólo no ha resuelto el problema que le planteo, sino que, cuando se lo resuelvo yo, me dice que no se puede, que no se puede y que no se puede, que son las normas de la plataforma. Pues me cago en la plataforma de las narices.
Que sepas que tengo un billete Charleroi-Leuven, que voy a montarme en Bruselas, y que voy a mear en el tren.
jueves, 11 de junio de 2009
Flash
jueves, 4 de junio de 2009
Empezar por los extras
Pues un don nadie con una flor en el culo. Qué digo una flor, una secuoya gigante. Porque no me jodas, con una experiencia laboral como vendedor de periódicos, reponedor de supermercado, tamizado de Lacasitos azules, o recogedor de carros de supermercado, por poner varios ejemplos, me sentía como en Pretty Woman. En cualquier momento mi supervisor belga me pediría un francés debajo de su mesa, quizá una espagnolette, por lo del origen exótico, aunque voy bastante escaso de pecho, y no podría negarme.
Aún recuerdo a mis compañeros de mesa, lanzando esas miradas furtivas a mis entrecôts con salsa de grosellas mientras se comían a cucharadas las patatas hervidas, sin aceite y sal, que acompañaban a sus salchichas. Venga muchachos, que no están tan malas, y además mañana he visto que hay zanahorias como guarnición.
Empecé con un despacho para mí solo. Empecé con el extra. Desde ahí, todo ha estado por debajo: Por los tres sitios por los que ya he pasado (electricidad, trenes, gas) mi pantalla de ordenador ha sido, y sigue siendo, como la de un televisor a la venta en un escaparate. En el sector eléctrico pude comprobar cuánto ruido hacen, y cuanto calor dan, dos fotocopiadoras-impresoras de planta juntas. Ahora tengo suerte y sólo compruebo el ruido. Puedo dar fe, con mi panza, de que nunca he vuelto a comer igual. Aunque si, como dice mi hermano, una copa tiene tantas calorías como un chuletón, a lo mejor la panza no es fruto de mi incorporación laboral, sino de la integración local. Y en todas partes tuve que pedir llave a la encargada del material dándole justificación de todo lo que cogía (las pasé canutas al coger clips para limpiarme las orejas y no saber que en realidad se emplean para mantener folios unidos).
Además de disfrutar en la cumbre de unas inmejorables condiciones laborales, excluyendo el sueldo, una preocupación menor y banal, las actividades de los que me rodeaban en Bruselas me parecían todas muy selectas. Exquisitas, principescas, tal vez. No en vano creo que he citado ya el viaje a Argentina del super-jefe ¿no? Pues sus secuaces se movían en asociaciones internacionales, asistían citados como expertos a conferencias ¡como moderadores! Frecuentaban ministerios varios, acudían a complejos industriales europeos, y concertaban conferencias videofónicas internacionales. Hablaban con gente de todo el planeta para defender complejos informes que yo no entendía, pero que tenía que ser porque, nadando entre aquella flor y nata, yo era un trozo de queso de cabrales. Aunque lo encierres, el cabrales sigue oliendo. Sobre todo si la noche anterior hubo TD.
De entre todas aquellas maravillas, recuerdo una en particular, que me dejó un sabor de boca, cómo decirlo, como si yo hubiera liberado a Willy, o como si Berlusconi me hubiera llamado tras verme en un book. Encontré un documento en Internet en el que figuraba mi supervisor como participante en Florencia en un Foro europeo sobre temas eléctricos en representación de una de las asociaciones de las que era miembro. En dicho evento sólo pueden participar representantes de los ministerios para la energía, de los reguladores energéticos, y de asociaciones europeas muy conocidas. Mi supervisor era lo más. Me puse una foto suya en la carpeta y la llevé pegada contra mi pecho durante una semana mientras lanzaba suspiros de deseo.
Pues bien, la semana pasada se celebró aquí el evento equivalente en materia de gas, el jueves y el viernes, y acudimos los cuatro miembros de mi unidad. No uno, ni dos: los cuatro. Olé, pa ti pa tu primo. “International” pone en mi tarjeta, pero no es sólo para lucir. Sentadito en una mesa estuve comiendo con varios pesos medios del sector nacional, y a metros de otros del panorama europeo durante el transcurso del evento. Voilà, ma carte professionnel. Thank you, do not hesitate calling me. Un plaisir monsieur. Ha ha ha, that is so funny, you are killing me. Joder con Pretty Woman, si hace dos días estaba jugando a la pocha en la cafetería del CPS, saltándome cualquier clase que hubiera entre las 15h y las 17h, y ahora estoy tomando pinchos de diseño con Mr Bruckerin y con Ms. Fülzweiss. ¿Jugar al golf? Qué cachondo, el suizo, si eso es un coche, no un deporte.
domingo, 24 de mayo de 2009
Hijo adoptivo del partido
sábado, 23 de mayo de 2009
Yo también soy nuclear
The outcome is almost as bad as if the medieval plague returned in deadly form and we were earnestly being advised to stop it with alternative not scientific medicine. Alternative medicine has its place, and when we are healthy it is good to avoid strong drugs for minor ailments, and many find relief in acupuncture or homeopathy. But, when we are seriously ill, we need something stronger.
Now that we've made the earth sick it won't be cured by alternative Green remedies like wind turbines or biofuels, and this is why I recommend the appropriate medicine of nuclear energy as a part of a sensible portfolio of energy sources."
Extracto del discurso en la Conferencia Internacional celebrada en París, 21 - 22 March 2005.
martes, 19 de mayo de 2009
La La La
Os ruego que antes de nada pinchéis en el link. Música de fondo, si es que en el fondo esto es música, nuestra música, nuestra candidata de este año a Eurovisión.
Me encanta Eurovisión. Que quede claro que me encanta.
No recuerdo en qué año en concreto este mágico acontecimiento se incorporó a mi vida, pero lo hizo para quedarse. Soy de los que, aunque sea sábado, si hay por ahí una televisión de fondo, voy siguiendo las estelares actuaciones entre sorbo y sorbo de cerveza. Ahhh, qué rica sabe viendo Eurovisión. Y, ojo, que sólo puede disfrutarse una vez al año. La ebriedad me va alcanzando mientras desfilan cantantes de primera fila internacionales por la pantalla. Todas esas celebrities engalanadas para la ocasión, esos juegos de luces, esos brillos, ese público entregado, repleto de fanáticos del festival, y he dicho bien, fanáticos, no fans, porque fanático es lo que hay que ser para viajar miles de kilómetros y disfrutar en directo de tanto glamour concentrado. Qué envidia me dan todos esos hijos de perra con suerte. En Rusia este año, nada más, ni nada menos. Kalinka!!
Me acuerdo perfectamente de las actuaciones de Lydia, de las Ketchup, de David Civera, de Rosa, de Beth, de Sergio Dalma, de Rodolfo Chiquilicuatre, pero sobre todo, me acuerdo de nuestro entrañable y querido Serafín Zubiri, el ciego cantor que actuó, no una, sino dos veces en Eurovisión. ¡Qué cojonazos!¡Qué hombría! Debe de ser que no se pone nervioso porque no ve al público, y lo que es mejor... no ve la tabla de puntuaciones. Porque lo de guan poin, chú poin, zri poin a nosotros, españoles apasionados y de pura cepa, que lo de artista lo llevamos muy dentro, lo de no entender los idiomas nos la trae al pairo. Y si no, mira, que hasta cantamos en inglés (Iu-rops livin a selebreison, seeeleeebreison)
Aunque lo mejor de todo, y no creáis que no he tenido que tomarme unas cuantas cervezas para resistir todas las actuaciones de la gala, son las puntuaciones.
- Sergio Dalma, es el más viejo que recuerdo (Bailar pegados no es bailar, 1991) con un excelente 4º puesto (Ah, ladrón, me enganché contigo, cegado por el éxito)
- Civera, Rosa y Beth, 6º, 7º y 8º puesto en el 2001, 2002 y 2003. Huyyy, casi.
- Rodolfo Chiquilicuatre, 16º, 55 puntos. ¡¡Ese punteo con guitarra de plástico!! ¡Esas coristas con pinta de puta barata! ¡Ese baile a lo maiquel yason y a lo robocop!
- Serafín Zubiri, el 14º, la primera vez, en 1992, y en el 18º con el apoteósico temazo Colgado de un sueño en el 2000. 18 puntos para todo un jit (the biguest guan) que incluía un ciego y un piano en escena.
- Las Ketchup, 21er puesto, también con 18 puntacos, en 2006 (justo antes del Erasmus, para salir fuera y poder presumir de una nación con alma de artista)
- Y el mejor festival de todos los que he visto: Lydia, 1999, última en la 23ª posición con 1 punto. (Para que luego digáis que nos votan Andorra, Francia y Portugal)
Esta vez sí, cómo iba a ser si no, el 2009 tenía que ser nuestro. Basta de llevar a gente elegida por el público. A fin de cuentas, todos sabemos que los que mandan SMS a estas cosas compran su música en las gasolineras o es de la que oyen en Gran Hermano. Este año había que llevar a una estrella consagrada. Las listas de los discos más vendidos no pueden estar equivocadas, puesto que esos discos, se supone, llevan música, y este es un festival de música. ¡Este año llevamos a Soraya!
Alonso, Nadal, Gasol y los chicos de la selección se quedaron sin entrada en Moscú, con la reventa por las nubes, para poder ver a esta epopeya (o poyeya) de la canción festivalera. Un torbellino. ¡Qué digo! ¡¡¡Un vendaval, un ciclón, un huracán!!! Conecté con las puntuaciones desde un televisor en Trujillo, en el Parador, después de pasar el día en Cáceres y me quedé absorto, enganchado como Poli al caballo, al gimnástico, digo. Conectaban con países raros, terminados en 'nia', en los que hablan euskera o rumano, según me han dicho. Y al final, al final de todo, una victoria aplastante de un ruso con pasaporte noruego y un violín roto. ¿Qué ha pasado Soraya? ¡23 puntos!¡¡23 puntos!!
Teddy Bautista llamando por teléfono a Moscú. Soraya ¿qué has hecho? ¿Tú sabes la de conciertos en fiestas que te van a cancelar? ¿La de bodas en las que dejarán de pincharte?¡Nadie comprará el disco de Eurovisión de 2009 y vamos a perder un montón de ingresos!
El Rey llamando para felicitarla. Se equivocó. Nadie le explicó que había ganado Noruega.
Los fans a la puerta del recinto. Vodka, lágrimas y ¡¡Kalinka!!
Pero 23 puntos ¿¿Tantos??
Tranquilos, los jurados profesionales, han hecho pública su votación. Los expertos decidieron que lo de Soraya, 9 puntos, última, y gracias. Tengo ganas de ver qué hacemos en 2010. La pitonisa Lola da más risa. Que la lleven. Pero nada de retirarse del festival como han propuesto. Eso nunca. Las cervezas no saben igual viendo Días de Cine.
miércoles, 13 de mayo de 2009
El ruso que venía del sur
lunes, 4 de mayo de 2009
Adiós al frío
miércoles, 15 de abril de 2009
Breve relato fotográfico de unas vacaciones
Bares curiososNiños con problemas de adicción